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Índice Alfabético - Glosario

Sâdhu Sakridâgâmin Samâdhi Samâna Samhaha Sánscrito
Sat Satiagraha Satya-yuga  Sefirot Semitas Seth
Shamballah Shamut Shekinah Sheu Shin ShiVa
Shu Sincretismo Soma Sophia Suras Sûrya
Sûtra Svastika        

Glosario de términos (S):

S   

 Sâdhu:                

Ver también:          Âdityas; Asceta              

Los Sâdhus son, genéricamente,  los instructores o guías que han realizado y continúan llevando a cabo las tareas de formación espiritual en las distintas civilizaciones. En la antigüedad estos maestros fueron de importancia capital para el resurgimiento de las civilizaciones devastadas por las artes nigrománticas. 

Los sabios guías de la Raza Atlante fueron el puntal que sustentó a esa raza esclavizada por los grandes Nigromantes que finalmente suscitaron su destrucción.  

   

 Sakridâgâmin:   (Srôtâpanna)     

Ver también:          Iniciación; Anâgâmin, Adepto; Arhan          

La iniciación del Sakridâgâmin significa:  la Iniciación de los 'Once Fuegos'. Las cuatro iniciaciones a alcanzar en este planeta son: Srôtâpanna, Sakridâgâmin, Anâgâmin y Arhan. El iniciado del  Sakridâgâmin, el segundo nivel,  es considerado en el grado de Dwija después de pasar sus correspondientes pruebas en el templo de los Hijos de Ad, los Hijos de la Niebla de Fuego,  de la Voluntad y del Yoga. 

Srôtâpanna es la primera y más básica iniciación, también llamada ‘visión del loto’, en la que se descubre el mundo interior, esta iniciación es inherente al nacido en la Paradesa por sus méritos en vidas anteriores. 

 

 Samâdhi:              

Ver también:    Arhat        

El Samâdhi es el éxtasis supremo, que permite la Visión Divina por medio de la Teúrgia, la unión mágica con el propio Dios interno. En ella, el Yo superior revela al 'arhat' las verdades del plano en el que actúa, pasando la Mónada a controlar directamente los cuerpos materiales. 

El Samâdhi elevado, es llamado el estado Turiya, o Nirvana final; es el estado de completa realización en el cual se alcanza la trascendencia. 

Según las palabras de Shankara: ‘Cuando el discípulo alcanza aquella conciencia primitiva, la dicha absoluta, cuya naturaleza es la verdad, que no tiene forma ni acción, abandona este cuerpo ilusorio que ha sido tomado por el Atmâ, lo mismo que un actor abandona el vestido’. 

 

 Samâna:                

Ver también:    Mihael, Âdityas; Ishva-Ra; Kumâra              

Samâna es el verbo creador del Logos en su estado activo como Izvarâ, o la reflexión del primer Uno en el Universo de Ilusión. 

Los cabalistas conocen, que el 888 es el número asignado a Cristo, es su emblema y su bandera; y fue precisamente el 8 de Agosto del año terrestre 1988, cuando la suerte de este planeta y la de la galaxia fue finalmente decidida. Fue entonces cuando el Hijo Creador y Príncipe del Khum, se sentó definitivamente como Rey por derecho propio en el Trono del Universo, trono que hoy regenta en nombre de su Padre. 

Así, la entidad que conocíamos  como Mihael, Sananda o Sanat Kumâra,  es  ahora Samâna, el cuerpo de acción actual del Rey Creador. 

La magna consciencia de Samâna, su labor y su naturaleza son descritos por Trigueirinho Neto de la forma siguiente: 

<< Samana es la consciencia única en los diversos tonos que deben penetrar la ciencia terrestre. También es un transformador que ajusta la potencia de las energías disponibles con la capacidad de acogerlas. Siendo el amor cósmico inherente a él. Integra los diversos niveles de consciencia que componen la Tierra. Vela por la redención del planeta y por el traslado de millones de mónadas de los diversos reinos de la naturaleza, y su cuerpo está formado por miríadas de consciencias en diferentes niveles. Jesús fue, en el pasado, expresión de esta Entidad cósmica suprema. Simbólicamente, se puede decir que Samana es la mónada de esta Entidad, y Jesús, el alma. Por lo tanto, Samana y Jesús son un solo ser, innominable, que los funde y trasciende. [José Trigueirinho Neto; Léxico Esotérico] >> 

  

Samâna nos alienta en nuestra tarea y nos muestra el camino del sacrificio y de la entrega hacia nuestros hermanos más desfavorecidos, a quienes Cristo se refirió como: los Inocentes, los Mansos que heredarían este Planeta después de su purificación. El sacrificio de Samâna,  en su encarnación como Cristo,  es conocido en los Vedas precisamente con ese mismo nombre; Samâna. Y así nos los cuenta Nârada en este bello texto: 

<< Los que comprenden el sacrificio comprenden el Samâna y el Vyâna como la principal ofrenda. El Prâna y el Apâna son partes de la ofrenda... y entre ellos está el fuego. Este es el asiento excelente del Udâna según lo entienden los brahmanes. En cuanto a lo que es distinto de estos pares, he aquí lo que digo: El día y la noche son un par, entre ellos está el fuego... Lo que existe y lo que no existe son un par, entre ello está el fuego... [Max Müller; Libros Sagrados de Oriente] >> 

 

 Samhaha:               

Ver también:    Satiagraha;  Aparigraha               

El Samhaha es, según el libro sagrado hindú Bhagavad Gîtâ,  el tercer aspecto de la no-violencia. Igualdad, en el sentido de constancia, es la firmeza que obra desinteresadamente y no se desanima aunque no logre el objetivo. El no-violento busca el bien porque es bueno en sí mismo, busca la justicia por amor a Dios, y no por el amor propio. 

  

 Sánscrito:     (Sánscrito Devanagario)                              

Ver también:    Ram; Vedas.       

El Sánscrito propiamente dicho comienza con la herencia cultural de los Ramídeos, los descendientes de Rama, o Ram, como se le conocerá más adelante. Ram, comenzó una égida, que inició el ciclo de más de 9.000 años que rigió el planeta hasta esta época de transición actual, y que distribuiría la cultura Aria y su lenguaje el Sánscrito, por una gran parte de Asia y Europa. Pero lo que realmente unificó a los pueblos indoeuropeos, fue el Sánscrito, cuyos dialectos se extendieron desde el griego, hasta las lenguas indogermánicas. 

Una nueva irrupción del sánscrito, en concreto del Sánscrito Devanagario surgió con la súbita aparición en la superficie exterior del planeta de varios cientos de miles de Arianni, expulsados del Agartha hacia el año 2.500 a.C. Éstos se unieron de forma violenta mediante invasiones a los distintos pueblos de su entorno, tanto Ramídeos como  Turanios y hasta Semitas. Los nuevos invasores Arios aportaron su cultura superior y su lenguaje; el Sánscrito Devanagario. Este torrente cultural, al principio destructivo terminó unificando las dispersas razas en dos grandes grupos que combinaron las tradiciones seculares con la nueva cultura superior de origen intraterreno. 

Los Arianni son definidos por los pueblos Ramídeos como aguerridos, de piel clara y nariz prominente, e incluso de rasgos blancos y rubios, y fueron conocidos como los Purandara, ‘los destructores de ciudades’. Sin embargo, son ellos los que introducen definitivamente el Sánscrito y las escrituras de los Vedas, que superan con mucho a las tradiciones escritas de la gran cultura de la Civilización del Valle del Indo y su lenguaje dravídico, una forma primitiva del sánscrito ramídeo. 

Las migraciones arias promovidas por Ram alcanzarían su máxima extensión; desde Europa con la llegada de las tribus Pónticas  hasta las fronteras de China, con los pueblos Tocarios. Los nuevos pueblos se asentaron por una vastísima extensión estabilizándose con formaciones étnicas y lingüísticas más o menos fluidas, que dieron lugar a los pueblos hoy denominados “Kentum-Satem”. Los pueblos Kentum, u occidentales  fueron principalmente los Aqueos, y  los Luvi-Hititas Anatolios, mientras que otros pueblos que se asentaron el norte de Mesopotamia y la India fueron del tipo Satem, como los Casitas, Mitani y Dravídicos, que posteriormente constituirían el grupo Indo-Iránio. 

El sánscrito en sus diferentes formas es la fuente de todas las lenguas tal y como las conocemos hoy en día, y el vehículo de conocimiento fundamental de la Quinta Raza Raíz. La Kabalah conoce sus orígenes en el sánscrito, cuando los primeros cabalistas Brahmanes utilizaban los 24 signos Védicos, junto con las 49 letras del Sánscrito Devanagario  y las 19 vocales semivocales y diptongos de la Masora de Krishna, el alfabeto Vatán o Adámico. 

  

 Sat:          (Asat)   (Gunas)      

Ver también:     Gupta Vidya.       

Sat es lo inmutable, la raíz siempre presente, eterna y sin cambio, la existencia única, de la cual proviene todo, es la fuerza potencial en la semilla que mueve a la evolución, el Velo de Sat, la Seidad o No-Entidad absoluta. Asat es, por tanto, el mundo fenoménico, el reino de Maya, el reino de la decadencia y la resurrección desde las cenizas. Asat es generado por Sat, sólo para ser así mismo el origen y meta de éste último. El Rig Veda, despliega también la profunda enseñanza de los Siete Rayos de Sûrya, el Sol. Que se convierten en el camino de Sat, la Seidad, sobre Asat, el medio manifestado. El pueblo hindú, interpretó muy acertadamente la simbología de la Svastika interna en la teoría de los tres “Gunas”. Los tres Gunas según la teología hindú eran: Sattwa, la conformidad a la esencia pura del ser o Sat, la raíz siempre presente, eterna y sin cambio. Rajas, el impulso que provoca la expansión del ser en un estado determinado o Asat, el mundo fenoménico manifestado; y por último Tamas, la oscuridad o principio único. 

Podemos apreciar la profundidad real de estos conceptos con algunas citas del Bhagavad Gîtâ

<< Perseverancia en el conocimiento del Yo y comprensión del objeto de esencial sabiduría: he aquí en qué consiste la verdadera Sabiduría. Todo lo demás es ignorancia. Te declaré lo que es preciso conocer; Aquello cuyo conocimiento lleva a la inmortalidad, la Suprema Deidad sin principio que no se llama Ser ni se llama No Ser... 

Sat tiene significado de realidad y bondad, así como también, ¡Oh Partha!, se aplica a las buenas obras. También es Sat la constancia en el sacrificio, en la austeridad y en la limosna, y toda acción determinada en honor del Supremo. La oblación, el sacrificio, la austeridad, la limosna ó cualquier otro acto cumplido sin fe, se llama Asat; y nulo es aquí y en el más allá, ¡Oh Partha! [Annie Besant; Bhagavad Gîtâ] >> 

 

 Satiagraha:   (Ahimsa)  (No-Violencia)                   

Ver también:        Samhaha;  Aparigraha; Mahatma; Sincretismo        

La acción no violenta o Satiagraha fue uno de los pilares que Gandhi utilizó para sintetizar la doctrina de la liberación que promulgó con una trascendencia que pocos entendieron entonces y menos aún entienden hoy. 

Apaleado y encarcelado varias veces en el cumplimiento de su deber, Gandhi aprende de la dura realidad a mantener una actitud abierta respecto a todo lo que pueda darle la luz para avanzar en su tarea. Profundiza en el estudio de las religiones, comenzando por la suya propia, continuando con la musulmana y finalmente con la cristiana. Gandhi, sintetiza todas ellas en una guía de actuación personal que le reportará un medio de acción infalible ante los acontecimientos más adversos, y por ende, aunque no únicamente, una filosofía de vida.
Gandhi, extrae del Nuevo Testamento y muy especialmente del Sermón de la Montaña, el valor de la justicia y de la resistencia no violenta; aunque siempre confesó que le convencía más el cristianismo que los propios cristianos; nunca dejo de valorar el impulso fundamental de Cristo en su filosofía y estilo de vida propios. Gandhi aguantaría impasible los golpes, ultrajes e injurias cuando intenta hacer valer sus derechos. Pues en su íntima convicción, él mantendría en todo momento que la obediencia a las leyes no es ciega, sino que se fundamenta en la Verdad y la Justicia. 

<< Si el hombre se diera cuenta de que es contrario a la naturaleza humana obedecer a leyes injustas, ninguna tiranía humana hará presa en él... [Mahatma Gandhi] >>  


Al regresar a la India, organiza un ashram o comunidad de seres, que se unen a un proyecto de vida integrador y al trabajo en común. Gandhi reproduce entonces las estructuras de las antiguas comunidades Esenias, que tanto ayudaron a la elevación espiritual de la humanidad antes y después de la llegada de Cristo. Pero en lugar de aislarse en su ashram del mundo exterior, como en su tiempo hicieran los Esenios y otras comunidades cristianas; él sentía la necesidad de extender sus ideales mediante la práctica a toda la sociedad hindú, y especialmente a los más desfavorecidos. Durante los primeros años en la India promovió varias huelgas, y actos “no violentos” en defensa de los campesinos y los obreros textiles de Ahmedabad. Años después, la acción no violenta o Satiagraha, alcanzaría  a toda la India, en la cual el ayuno purificador o Hartal era el lazo de unión y purificación de todos los indios a lo largo y ancho del país. El movimiento por la independencia, aunque no violento, es combatido con extrema dureza por el régimen inglés, lo que termina socavando irremediablemente la legitimidad moral e histórica de la dominación Occidental en Oriente. 

Mahatma Gandhi, es en su ashram; un kisan(campesino) entre los kisanes, y un harijan(paria) entre los harijanes; compartiendo los trabajos manuales con todos ellos sin distinción de castas, credos o jerarquías; él pregona el trabajo común como escuela de honradez, despreciando cualquier lujo o alimento que no pueda ser obtenido por el más pobre de los campesinos indios.
Gandhi continuó su peregrinaje por toda la India preparando al pueblo para el Swaraj o gobierno de sí mismos; pregonando siempre la pureza de medios:
<< Nuestra certidumbre de alcanzar el fin, depende por completo de la pureza de nuestros medios. El odio no puede ser vencido por el odio, la violencia provoca siempre una violencia mayor... [Mahatma Gandhi] >>
El gran camino, o revelación que el Mahatma predicó, es el medio de “la no-violencia”. La no-violencia no es un método político para obtener unos objetivos y una rentabilidad política per se. Es decir, para obtener el control y uso del poder social por un grupo determinado, como se ha intentado mostrar por los grupos de poder occidentales, que tacharon a Gandhi de “político astuto”.
La no-violencia es una actitud ante el mundo, un compromiso religioso traducido en obras; una actitud que nace de la fe en Dios y la responsabilidad del hombre. La no-violencia implica una moral activa que pide una respuesta constante del hombre hacia las condiciones de todo tipo de su entorno. El hombre tiene que materializar la Verdad en su entorno, construir el mundo material según los patrones dictados por la Verdad, para lo cual el hombre debe resistirse activamente al Mal y combatir el mal positivamente con el bien obtenido de la materialización de la Verdad. 

Gandhi, de hecho, es un continuador del mensaje de Cristo, adaptándolo a la época y condicionantes humanos contemporáneos. La “no-violencia” es intrínsecamente la “caridad cristiana”, pues la búsqueda activa de la justicia es el Amor. El amor sin el reverso del odio, o la lucha contra el mal sin métodos ni medios malos. Esta lucha implica tres actitudes evolutivas importantes; tal y como quedaron reflejadas en el libro sagrado hindú Bhagavad Gîtâ: Ahimsa, no-violencia. Aparigraha,  no-posesión. Samhaha, igualdad o constancia. Ahimsa es la práctica de la no-violencia fundamentada en el respeto por la vida y el amor por todo lo creado. Es la practica activa de la “bienaventuranza” que Cristo expresó en ‘El Sermón de la Montaña’: ‘Dichosos los mansos, porque ellos poseerán la Tierra’
En todos los actos de Gandhi y en todos sus escritos, se encuentra por doquier el amor a sus enemigos y la filosofía de que el no-violento no trata de vencer a sus enemigos, sino que busca el bien de éstos, tanto como el suyo propio. Esta inverosímil actitud de Gandhi, produjo un choque tremendo para el mundo humano de superficie, e hizo que muchos políticos tacharan a Gandhi de “político ladino y astuto” adjudicándole implícitamente una doble intención encubierta que nunca existió en su lenguaje y sus gestos. Para ellos era incluso impensable que existiese un ser tan “absolutamente loco” que realmente creyera en la verdad de ese mensaje. Si ellos pudieran ciertamente presentir que ese “loco” es realmente quién ostenta el Supremo Poder y la Corona del Mundo, siendo la proyección humana del Sumo Pontífice del Agarttha, y el Melki-Tsedek; enloquecerían ellos mismos, al instante y sin remisión. Pues todos los imperios del mundo, todas sus ciudades, y todas sus iglesias no son más que el polvo que un día u otro se han de comer los desiertos. 

Los desiertos y océanos de este planeta han devorado ya tantos imperios, civilizaciones y ciudades sin dejar rastro, que la mayor obra material humana hoy, no debería tener más valor para los hombres que un puñado de arena. 

Gandhi rechazó totalmente el uso de la fuerza para resolver los conflictos internacionales; así cuando estalló la segunda guerra mundial, sus declaraciones no fueron bien recibidas ni entendidas por el mundo Occidental. Él definió la causa de los aliados como: “menos mala que la de los nazis”; pero: “de la violencia no puede salir el orden”. Y pregonó la no-cooperación y la no-violencia como único medio de conseguir un mundo estable y regido en paz: ‘La independencia aislada no es la meta de las naciones del mundo, sino la interdependencia voluntaria.’
El 6 de agosto de 1945 durante la II Guerra Mundial. La primera bomba atómica fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, acabando con la vida de más de 100.000 personas y condenando al mundo entero a un retorno kármico de proporciones insondables.
La explosión, no solo mató a cientos de miles de personas arrasando una gran extensión de terreno y contaminando la atmósfera del planeta, sino que introdujo directamente a la Tierra en la lista de los planetas más peligrosos y dañinos del universo. El Maitreya Buddha, el Caballo Blanco encarnación de Vishnú; el Melki-Tsedek, el Rey e Instructor del Mundo, regente del gran ciclo de manifestación terrestre que se conoce como el Kali Yuga; aquél al que el mismo Krishna definiría como el Mesías que surgiría de Shamballah; sintió en lo más profundo de su alma, el hecho, el más despreciable  acto de desamor de la humanidad sobre ella misma y el planeta que la cobija. 

Tras su asesinato cometido el 30 de enero de 1948. Mahatma Gandhi, cerró el ciclo de manifestación de Ram. A su muerte, sus últimas palabras: “ ¡He, Rama!”; constituyeron el punto de inflexión con la que esta gran encarnación de Vishnú saludaba, cerrándolo,  el ciclo abierto por aquella otra gran encarnación solar, que constituyera el heroico Rama. 

  

Satya-yuga: (Nueva Era)                    

Ver también:       Yuga.  

El concepto de Nueva Era está perfectamente explicado en cualquier diccionario, solamente hay que hacer una simple relación de ideas: 

>Nueva: Recién hecho; que se ve o se oye por primera vez; repetido o reiterado para renovarlo; distinto o diferente de lo que antes había o se tenía aprendido. 

> Era: Punto fijo o fecha determinada de un suceso desde el cual se empiezan a contar los años; Extenso período histórico caracterizado por una gran innovación en las formas de vida y de cultura. 

Podemos entender fácilmente porqué James Lovelock, Michael Whitfield y la bióloga norteamericana Lynn Margulis crearon el concepto del Ecologismo y la “New Age” (Nueva Era) a mediados de los 60. Pero... ¿podemos hablar de ellos como sus inventores... ? No, por cierto; desde la más remota antigüedad, y especialmente desde el comienzo de la era cristiana  se ha hablado de la extinción de la era presente dando cabida a un nuevo gran ciclo o Yuga Mayor. 

Si atendemos a lo que nos dicen los Vedas, y concretamente el Vishnu Purâna, podemos observar que un Yuga Mayor está compuesto por cuatro yugas menores llamados: Krita, Tretâ, Dvâpara y Kali. Nuestro mundo se encuentra al final del Kali Yuga y por tanto al final de un Yuga Mayor, el próximo período comenzará con el Yuga menor del siguiente ciclo evolutivo, es decir con el primer Yuga menor o Krita Yuga, también llamado Satya Yuga. 

Y es de nuevo el Vishnu Purâna el que nos narra la profecía del fin de ciclo: 

<< Cuando toquen a su fin las instituciones legales y las prácticas enseñadas por los Vedas; cuando se acerque el término del Kali Yuga, bajará a la Tierra un aspecto de aquel divino Ser que por su propia naturaleza espiritual existe en Brahmâ, y es el principio y el fin. Nacerá de la familia de los vishnuyashas, un eminente brahmán de Shamballah... dotado de las ocho facultades sobrehumanas. Con su irresistible poder destruirá las mentes entregadas a la iniquidad, y después restablecerá la justicia sobre la tierra. Las mentes de cuantos vivan al término del Kali Yuga quedarán despiertas y diáfanas como el cristal. Los hombres así cambiados por virtud de esta singular época, serán como la simiente de seres humanos y de ellos nacerá una raza obediente a las leyes de la Krita Yuga. Porque se ha dicho: "Cuando el Sol y la Luna y Tishya y el planeta Júpiter estén en una misma morada, volverá la Krita Yuga". [Wilson; Vishnu Purâna] >> 

  

Sin embargo, no en vano hemos incluido en nuestro estudio etimológico un término en latín. Pues es de la mano de Virgilio de la que salió otra profecía de extraordinario parecido a la védica, que fue interpretada por los padres de la Iglesia Católica como anunciadora de la venida de Jesucristo: 

<< Ha llegado la última era del canto cumeano, y de nuevo empieza una de las grandes series de épocas (que una y otra vez se repiten en el curso de la revolución mundial). Ahora vuelve la Virgen Astrea y recomienda el reinado de Saturno. Ahora desciende de los reinos celestiales una nueva progenie. Recibe tú, ¡oh casta Lucina!, con propicia sonrisa, al Niño que ha de cerrar la presente Edad de hierro y abrir en el mundo entero la Edad de oro... Nos hará él partícipes de la vida de los dioses y verá a los héroes en comunicación con los dioses, y los héroes y el pacífico mundo le verán a Él... Entonces ya no temerá la grey al espantable león y también morirá la serpiente y perecerá la ponzoña de la engañosa planta. ¡Ven, pues, oh Niño predilecto de los dioses gran descendiente de Júpiter!... Se acerca la hora. Mirad cómo el globo terráqueo se estremece al saludarte tierras, mares y los sublimes cielos. [Virgilio; Égloga] >> 

    

 Sefirot:       (Sephiroth)            

Ver también:       Chakras       

Según la Kabalah, el Universo y el Hombre están compuestos por un cuerpo, un alma y un espíritu; y en esos tres niveles se definen los diez Centros, Números o Nombres, llamados Sefirot, que expresan los atributos de Dios.
Los Sefirot cabalísticos están circunscritos a los tres grupos mayores  que se están refundiendo actualmente en los centros del consciente derecho, y que constituyen los niveles del Espíritu,  el Alma y el Cuerpo de Dios.
Los Sefirot son diez, pero están distribuidos en siete niveles. Cuatro niveles no tienen polaridad  en sus núcleos, siendo éstos andróginos y situándose estos núcleos en la Ogdoaga u Ocho Místico que representa el movimiento eterno y a la espiral de los ciclos. La respiración regular del cosmos simbolizada en el Caduceo de Mercurio. Los otros tres niveles son polares, sexuales y binarios:
Los Sefirot cabalísticos, circunscritos a los tres grupos mayores, definen a la  Hebdómada Sagrada de los Siete Chakras tibetanos con las siguientes designaciones: Kether (Corona), que corresponde con el ‘Loto de los mil Pétalos’ tibetano o primer Chakra, y constituye el núcleo andrógino energético más elevado. El segundo Chakra esta compuesto por dos Sefirot, Chokmah (Sabiduría) que posee un signo positivo y Binah (Inteligencia), de signo negativo; el tercer Chakra esta representado por otro binario, Chesed (Misericordia) y Geburah (Rigor), éste último de signo negativo; el cuarto Chakra esta compuesto por un único Sefirot, Tipheret (Belleza); el quinto Chakra lo componen Netzah (Victoria) y Hod (Honor); el sexto Chakra es Yesod (Fundamento) y el último es Malkuth (Reino), que representa al ‘Mûladhâra Chakra‘ tibetano. 

  

 Semitas:       (Sem)           

Ver también:       Seth;   Hermes; Camitas  

Con la dispersión de los siete Manus, las razas humanas Camitas y Semitas se dispersaron, manteniéndose las primeras en las regiones Indo-Europeas y las segundas en las regiones Arábigo-Mesopotámicas, Egipcio-Africanas, en la China y en las regiones Americanas. Siempre bajo la atenta mirada de los Manus protectores de cada subraza y del control de la Isla Sagrada. Los Semitas sufrieron un relativo auge cultural que culminó con las culturas Acadia, Judía, Egipcia, Caldea y China. Esto fue debido al mayor control de los Manus Semitas, especialmente de Seth-Hermes sobre las razas humanas bajo su custodia. 

El grupo racial actual más comúnmente identificado con el concepto ‘Semita’ son los hebreos, ellos aparecen ya relacionados en los textos de Tell-el-Amarna,  datados hacia el reinado en Egipto de Amenofis III y Amenofis IV (siglo XIV a.C.), siendo identificados como los ‘habiru’, grupos nómadas divididos en tribus patriarcales que pululaban errantes entre los grandes imperios Egipcio e Hitita-Sumerio. Aunque, según reza en la Biblia, los israelitas no se denominaban a sí mismos ‘hebreos’ (habiru), sino que éste era un nombre foráneo dado a ellos por otros pueblos como identificativo de raza y sólo lo usaban ellos para identificarse a sí mismos delante de extranjeros. 

Los hebreos, así como otros pueblos semitas no poseyeron una cultura escrita propia, sino que la recopilaron de distintas fuentes, y principalmente de los dos grandes imperios que frecuentaron y de los cuales obtuvieron gran parte de sus tradiciones, absorbiendo conocimientos de Egipto y Caldea, hasta que con la llegada de los invasores Arios (2500 a.C.), las lenguas y tradiciones se fusionaron completamente. 

Las lenguas  Semíticas y Turanias son descendientes del Sánscrito o lengua Aria. Aunque anteriormente, los semitas (árabes y hebreos) habían compartido un tronco común en la época pre-adámica en Caldea (Mesopotamia) cuando la dispersión de las razas, en la época de Nimrod, que dividió a los Nabateos, enviando a los futuros Arios hacia la India y a los Semitas hacia África y Arabia aunque parte de éstos últimos se asentaron en Afganistán y las riberas del Oxus. Mientras que los Turanios de “color amarillo” (chinos y mongoles) se dispersaron por Asia Central y Oriental. En los escritos Arábigo-Iranios se expresan éstos acontecimientos en los siguientes términos:
<< Después del Diluvio, las naciones se establecieron en varios países; entre ellas estaban los Nabateos, que fundaron la ciudad de Babilonia, los cuales eran aquellos descendientes de Cam, que se establecieron en la misma provincia, bajo la jefatura de Nimrod el hijo de Cus, hijo de Cam, y nieto de Noé; el cual recibió el gobierno de Babilonia como delegado de Dzahhak llamado Biourasp.  [ H. P. Blavatsky, La Doctrina Secreta Vol. III ] >> 


Pero los Arios herederos de Adonai, no fueron los únicos seres que recibieron un impulso evolutivo en aquella época. Los Semitas, hijos de  Iaô, el Regente Lunar,  recibieron el impulso evolutivo asignado cuando una conjunción energética del Sol, Mercurio, Venus, la Luna y la Tierra se produjo. Mercurio-Hermes-Thoth encarnó entre los Egipcios para inducirlos hacia el culto monoteísta de Atón, el espíritu del Sol, en contra del culto ofita de Amón- Jehová. Mientras que Abraham recibió a través de Venus, que es el planeta protector mayor de la Tierra, la visita de  Melki-Tsedek, el Rey del Mundo, el cual le bendijo como sacerdote del Dios Altísimo (Eliom o Eloi), y le trasladó el influjo del sol central planetario.
Estos tres seres encarnados,  Zarathushtra, Hermes-Thoth y Abraham, representando a la Trimurti del Sol, Mercurio y Venus, eran conocidos en la antigüedad como el Hierofante de Tres Cabezas,  o el Tricéfalo de Fuego, representado por el Círculo o cruz Svastika, la cruz Ansata egipcia y la Tau. 

<< Ptolomeo, al hablar en su tabla novena de las tribus Kabolitae o Kabul, las llama. (/Aristo/yuloi)... Aristophyli, las tribus aristocráticas o nobles. Los afghanes se llaman a si mismos Ben-Issrael, hijos de Is (sa) rael, de Issa, ‘mujer y también tierra’, hijos de la Madre Tierra. Pero un afghan daría muerte al que le llamase Yahoudi (judío). Los nombres de las supuestas doce tribus de los judíos, y los nombres de las doce tribus reales de los afghanes, son los mismos. Siendo los afghanes mucho más antiguos (por lo menos su tronco árabe) que los israelitas, no debe sorprender encontrar entre ellos nombres de tribus como Youssoufzic, hijos de José en Punjcaure y Boonere; Zablistanee (Zabulón); Ben-manasseh, hijos de Manasseh, entre los tártaros Khojar; Isaguri, o Issachar, ahora Ashnagor en el Afganistán, etc. Todos los doce nombres de las llamadas doce tribus, son nombres de los Signos del Zodíaco, según está ahora bien probado. En todo caso, los nombres de las tribus árabes más antiguas, literalmente, dan los nombres de los signos zodiacales, Como asimismo de los hijos míticos de Jacob. [ H. P. Blavatsky, La Doctrina Secreta Vol. III ] >> 

  

 Seth:                 

Ver también:     Hermes; Enoch      

Set representa a la alta magia en Egipto, como dios dual actúa en los dos lados de la balanza representándosele como un chacal. Este dios egipcio, como hierofante, defiende al mundo de su rival Apap, la serpiente que simboliza el mal, quién es derrotada por Aker, la serpiente de Set. 

Las propias pirámides egipcias, edificadas antes del segundo diluvio Atlante, las cuales fueron  construidas en dirección de la constelación del Dragón cuando ésta se encontraba en  línea con el polo norte terrestre, fueron usadas esotéricamente como culto a los dos grandes Manus semitas Dioscuros: Seth y Hermes. Los Sabeos, que adoraban a los “Regentes de los Siete Planetas”, tenían a Seth y a su hijo Hermes (Enoch o Enos), como el más elevado de los dioses planetarios. En realidad se trataban del mismo ser en dos polaridades distintas. 

 

 Shamballah:             

Ver también:       Agarttha; Paradesa      

Shamballah (Shamb-Allah) es la capital del Agarttha y se halla en el interior de la Tierra. Sucedió como centro planetario regente a Iberah o Ibez, el cual, aunque existente actualmente, fue interiorizado después del fin de la raza humana lemúrica, y sustituido después durante el advenimiento de la raza Atlante por el centro de Shamballah o Agarttha. 

Shamballah, “La Isla Sagrada”, se extiende aún en la contraparte intraterrena, que se refleja en el mundo exterior en una zona montañosa de las estribaciones del norte del Himalaya cercana al desierto del Gobi. La actividad de Shamballah comenzó a mediados del período Lemuriano, substituyendo posteriormente como centro intraterreno regente al núcleo de Iberah o Ibez durante la era Atlante.
Shamballah, se creó en el plano físico, como consecuencia del impulso vivificador establecido cuando la Tierra fue vaciada por los Dhyân Chohans, del Segundo Cuerpo Galáctico, también llamados los Jardineros del Espacio. Shamballah extendió su influencia hasta la Quinta Subraza Aria o raza humana actual, y ella finalizó con la culminación del ciclo de Ram

En la fecha humana marcada como el 8-8-1988, se comenzó un nuevo ciclo solar y galáctico  que ha acarreado unos cambios sutiles gigantescos a escala cósmica, pero que como de costumbre han pasado totalmente desapercibido para la raza humana de superficie.
Como consecuencia de esos cambios Shamballah, ha dejado de representar el papel de Centro Planetario Regente, papel que hora juega el núcleo intraterreno de Miz Tli Tlan, situado en la región intraterrena que corresponde en su localización opuesta exterior en el planeta, con una región de los Andes Peruanos.
La Isla Sagrada surgió contando con estímulos de Venus, cuya influencia fue determinante para ciertos progresos en la Tierra. La función principal de Shamballah como centro regente fue la de estimular el desarrollo mental en el reino humano. Shamballah o Agarttha, como la conocen actualmente, preparó a seres que hoy son capaces de percibir y contactar conscientemente las realidades y las civilizaciones suprafísicas que en este momento ayudan a la civilización humana de superficie. 

El centro intraterreno había permanecido constituido únicamente por consciencias jerárquicas afines al Logoi Planetario y los representantes de los tres órdenes de consciencias de las entidades cósmicas creadoras; como los Suras, los Dhyân Chohans, y los Pitris, los devas creadores del cuerpo Etérico-Físico de las razas humanas. Este centro, también admitió durante el inicio de la raza Atlante exterior, a una humanidad superior formada por los elementos Atlantes más evolucionados y preparados. Después de una rigurosísima selección, la raza intraterrena quedó constituida, siendo conocida como la Jerarquía de los Elegidos, posteriormente llamados los Hijos de la Voluntad y del Yoga, o  los Hijos de la Niebla de Fuego, aquellos que formaron un primer núcleo básico donde acoró la actual raza intraterrena

   

 Shamut:         

Ver también:  Asceta; Arhat; Samâdhi      

El Shamut es la senda sagrada de la liberación de Mâyâ por medio de la interrupción de toda actividad mental o meditación, que es condición ineludible para comenzar y continuar por la 'Senda Dorada' o camino de perfección. Los que retroceden en la senda son los Seres Caídos, que después de haber avanzado en el Shamut, se han vuelto en contra de la Luz haciendo daño a sus semejantes. 

   

 Shekinah:                

Ver también:   HâOuR; Sefirot; Demiurgo                     

La Shekinah es la sustancia espiritual lanzada por la Luz Infinita, ella es la primera Sephira, aquella que contiene a los Sephiroth o Sefirot. La Shekinah es el Velo de Ain Suph, el cual representa al Demiurgo o Logos planetario en su función creadora.  

Pablo de Tarso creyó ver a la Shekinah en la Iglesia de Cristo, y pasaría, a partir de ese momento, a ser el que con más ímpetu institucionalizaría a la Iglesia Católica, sus dogmas, su estructura y sus leyes. Pablo pone un gran énfasis en identificar a la comunidad cristiana con el templo de Dios y, de dicha identificación, deduce que el ‘Espíritu de Dios’ habita en ella, lo que le lleva a la idea de que la Shekinah del Señor (‘El Espíritu de Dios’ según el Sefer Jetzirah) a pasado del tempo de Jerusalén a la nueva Iglesia Católica. Pablo sabía lo que el Sefer Jetzirah enseñaba:
<< La ‘Shekinah del Señor’ es la primera efulgencia o radiación en el cosmos del número Uno, que fructifica y despierta a la potencia dual, el número Dos (el cual es identificado con el elemento Aire), que a su vez se une al Tres (identificado con el elemento Agua) para producir el Cuatro (identificado con el elemento Éter o Fuego Cósmico), que representa al Hijo.[Sefer Jetzirah] >> 


El cuaternario cabalista es pues el Celeste Andrógino, el Jah-Havah que se desdobla a su vez en Jehovah y en Adam-Kadmón en su dualidad de Dios-Hombre. Por lo tanto, el Señor no puede ser otro, para Pablo, que el Nombre del Misterio, Jehovah (YHVH): Yod, el Padre; Hé, la Madre; Vau, el Hijo y la última Hé, el inicio por generación del un nuevo ciclo. El mismo “Señor” al que David y Salomón  consagraron el Templo de Jerusalén. A partir de ese momento la figura de Cristo queda, dentro de “su propia iglesia”, encerrada y adaptada a los lujosos ornamentos de oro y piedras preciosas  que a remedo del Templo de Salomón forman parte de la pompa de las iglesias y catedrales de todo el orbe de la cristiandad.
Y así el emblema del ‘Jehovah de David’ o Ildabaoth (YHVH), se yergue en el frontispicio de las catedrales e iglesias católicas que se elevan a modo de doradas cárceles del espíritu Crístico; controlando y adulterando el contenido liberador del mensaje Crístico bajo la figura vigilante de Jehovah, el ‘Dios celoso y vengador’. 

   

 Sheu:          (Khu)  

Ver también:   Kinay       

Los Sheu y los Kinay son espíritus desencarnados, espectros hambrientos conocidos también como Khus en el Egipto antiguo. Éstos eran aquellos seres que resultaban condenados en el tribunal de Osiris, tal y como se muestra en ‘El Papiro Mágico de Chabas’, un manuscrito de caracteres hieráticos, adquirido por Harris en Tebas en 1855 y traducido por Chabas en 1860: 

<< Los khus o cuerpos astrales, eran de dos clases : 1º- Los, justificados, es decir, los absueltos por el tribunal de Osiris, que gozaban de una segunda vida; 2º- Los culpables y condenados, que "habían de morir una segunda vez". Esta segunda muerte no los aniquilaba, sino que los condenaba a vagar de una parte a otra para tormento de los vivos. Su existencia tenía fases análogas a las de la terrena, con la íntima relación entre vivos y muertos que se advierte en los ritos funerarios, exorcismos, oraciones y conjuros mágicos. Dice una oración: “No permitas que la ponzoña se apodere de sus miembros ni que se ampare de él, hombre ni mujer muerto; ni que la sombra de ningún espíritu le acose”.  

Estos khus eran seres humanos en el estado posterior a su muerte; y se les exorcizaba en nombre del dios Chons... Los manes podían penetrar en el cuerpo de los vivos, perseguirlos y obsesionarlos. Contra tan formidables invasiones se empleaban fórmulas, talismanes, y especialmente estatuas o figuras divinas... [M. Chabas; El Papiro Mágico] >> 

   

 Shin:            (Hamshin)         

Ver también:    Ishva-Ra; Mihael         

El Shin es el tridente tradicional que representa el Triloka, el gobierno de los Tres Mundos, de carácter benéfico que afirma el orden institucional basado en la jerarquía del espíritu; muy distinto del terrible Hamshin, el tridente ceremonial de cuatro puntas que representa los cuatro estados de la muerte y a los cuatro elementos. 

   

 ShiVa:      (Shiva)           

Ver también:     IshVa; Kumâra; Jehovah      

ShiVa, el Destructor, es el custodio de la humanidad decadente representada fielmente por el collar de cráneos humanos que ostenta en su cuello el terrible dios: Shiva, ‘El de los Tres Ojos’, cuya bandera tiene un toro por emblema. 

Shiva pone de manifiesto la noción metafísica del Dios dual, el ser de dos caras que representa el bien y el mal cósmico, aunque Él también es inmanente en cada partícula, en cada unidad de tiempo, en cada rincón y esquina... Dios está representado en ambos lados de la realidad al mismo tiempo, Él es blanco y negro. Dios es ambos aspectos mezclados en una Presencia trascendente que aflora en cada experiencia. Él es quién yuxtapone, mezcla o reúne los contrarios. 

Dios no ‘Es’, sino que ‘Está-siendo’ en cada percepción, en cada pensamiento humano. El mundo de Mâyâ no es más que un campo de batalla en el que probamos nuestro entendimiento de la realidad. Tal y como se muestra en el Mahabharata, el mundo fenoménico es un campo de batalla donde las fuerzas chocan entre sí con inusitada violencia, porque el Universo no se presenta como un todo uniforme, sino como una mezcla de elementos contrarios. 

Los hindúes, enumerando los nacimientos de Vâmadeva en el Linga Purâna  hablan de los repetidos nacimientos de Shiva, se dice en aquella escritura, que en un Kalpa él era blanco, en otro negro y en otro de color rojo, después de lo cual el Kumâra se convierte en ‘cuatro jóvenes de tez amarilla…’ 

Shiva es también llamado Shvetalohita, el Kumâra Raíz, de color de la Luna, que se trasforma sucesivamente en blanco, rojo, amarillo y negro realizando la trasformación y evolución de la forma humana, destruyendo para mejorar las viejas formas en los nuevos arquetipos. 

Shiva es el Mangala indio, idéntico a Karttikeya, el Dios de la Guerra, que es a su vez Gharma-ja, nacido del propio sudor de Shiva, el de los Tres Ojos. Él es Marte, Amón Ra, Amón (oculto), la antigua deidad egipcia, y su mujer Mut (la madre), que a su vez son el Jah-Heva, el Jehovah, el Dios Terrible; aquél que desata  un fervor religioso comparable tan solo con el terror que produce su contemplación. Un aspecto muy intrigante del Dios dual es aquél que se presenta en los múltiples himnos y alabanzas que suscita entre sus fieles. 

Maravilloso es ese Dios que muestra ambos lados de su ignota naturaleza, el bueno y el malo, el derecho y el torcido, el positivo y el negativo. Así lo expresa el Rey David, el rey profeta que transmite en sus Salmos el éxtasis y el temor que produce la contemplación del “Dios Terrible”. 

Pero esa misma veneración es expresada de forma magistral en los Vedas, en un cántico muy revelador: 

El Rudra-Adhyaya, también conocido como el Satarudriya, se encuentra contenido en el Yajur-Veda y es un himno de alabanza ofrecido al Omnipotente de todo honor colmando: Rudra-Shiva. 

El propósito de este himno magnífico, Satarudriya, es poner de manifiesto al Ser que está presente en todas las formas evolucionarias, en las benignas y también en las que se nos presentan como las formas terribles que Él asume en el momento de la disolución y la destrucción del cosmos al final de los tiempos. 

Así debemos contemplar este canto de alabanzas, con el fervor religioso del que conoce el misterioso hecho de la presencia del Padre creador del Universo en todas las formas que adopta la Creación. Aquél que es inmanente en cada partícula creada, en cada mancha del espacio y en cada unidad de tiempo: 

<< ¡Om saludo al Dios Shiva el Destructor! 

Me inclino ante el Señor Rudra; y hago la postración ante la ira de sus flechas que destruyen el mal; la postración ante el Gran Arquero; la postración ante sus brazos poderosos. 

Con esta oración, la flecha de Tu Justicia se vuelve pacífica ante el devoto; Tu arco se convierte en una fuente de bendiciones, y ante Ti, Tus devotos tiemblan de beatitud; con ellos, ¡Oh Valiente Rudra!, haznos feliz. 

¡Oh Rudra! ¡Bendícenos para que la forma benigna de Tu Justicia borre el rastro de todos nuestros pecados; santifícanos para que seamos dignos de contemplar el rostro tranquilo de Tu ser, revélate a nosotros como la poderosa fuente de paz desde la Montaña de Kailasa! 

¡Oh Bienhechor de la Montaña de Kailasa! ¡Esa poderosa flecha que Tú esgrimes contra Tus enemigos, hágase benigna mediante nuestra plegaria; para que no dañe a los seres humanos y a los otros seres de la creación. Protector del inviolable misterio en la sagrada Montaña! 

Postración ante el Jinete encima del Toro, el Paladín de la fuerza contraria, el Señor del Alimento o Gobernante sobre Mâyâ (la materia). Postración ante el Uno de cabellos azules, cuya cabeza no conoce el gris, el Benefactor del sagrado hilo de las bendiciones, Maestro de aquéllos que están ungidos con las cualidades de perfección. Postración al Servidor de Samsara, al Soberano encima de toda la Creación. 

[Yajur-Veda; Rudra-Adhyaya, Satarudriya] >> 

  

                                   || oà namo bhagavate rudräya || 

  

namaste rudramanyava utota iñave namaù | 

namaste astu dhanvane bähubhyä-muta te namaù || 1|| 

yäta iñuù çivatamä çivaà babhüva te dhanuù | 

çivä çaravyä yä tava tayä no rudra måòaya || 2|| 

yä te rudra çivä tanü-raghorä'päpakäçiné | 

tayä nastanuvä çantamayä giriçantäbhicäkaçéhi || 3|| 

yämiñuà giriçanta haste bibharñyastave | 

çiväà giritra täà kuru mä hipuruñaà jagat || 4||  

ukçä ca me vaçä ca ma åñabhaçca me vehaçca me 

'naòväïca me dhenuçca ma äyuryajïena kalpatäà 

präëo yajïena kalpatämapäno yajïena kalpatäà 

vyäno yajïena kalpatäà cakçuryajïena kalpatä 

çrotraà yajïena kalpatäà mano yajïena kalpatäà 

vägyajïena kalpatämätmä yajïena kalpatäà 

yajïo yajïena kalpatäm  || 5|| 

  

  

 Shu:               

Ver también:   Ra            

Shu representa a la Energía Solar, hijo de Ra, encarna el soplo vivificador generado por el Sol, es una entidad de luz relacionada con el aire, que fue representada en el antiguo Egipto como un león o como un hombre tocado con una pluma de avestruz, según represente a la energía solar o al elemento aire. 

Maspero nos relata esta teogonía Egipcia en su traducción del Libro de los Muertos

<< Osiris es Tum, la fuerza creadora de la Naturaleza que da forma a todos los seres, salido de Nun, el río celestial, llamado la Madre-Paterna de los Dioses, la deidad primordial, que es el Caos o el Océano, impregnado por el Espíritu invisible; Él encontró a Shu, la fuerza solar, en la Escalera de la Ciudad de los Ocho, y aniquiló los principios malos de Nun (el Caos), los Hijos de la Rebelión; Él es el Fuego y el Agua, esto es, Nun, el Padre Primordial, y creó a los Dioses de sus miembros; catorce dioses, siete, obscuros y siete luminosos; Él es la Ley de la Existencia y del Ser, el Bennu o Fénix, el Ave de la Resurrección en la Eternidad, en quien la Noche sigue al Día y el Día a la Noche.   [G. Maspero; El Libro de los Muertos]  >> 

 

 Sincretismo: (Iglesia) 

Ver también: Ashram; Aparigraha; Satiagraha; Nazarenos                 

El sincretismo es también un sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes entre bandas rivales o conceptos dispares, es una forma de diplomacia política interesada que nunca toma partido por ningún contendiente, excepto, claro está, cuando alguno claramente gana o se vaticina como vencedor. 

Las religiones y sectas de este mundo han practicado esta doctrina ambivalente como norma general, publicando entre sus fieles sus propios dogmas como si éstos procediesen directamente de la “divinidad”. La “infalibilidad” y la prepotencia de sus líderes han sido objetos de culto, aplastando sin piedad a todo aquel que se atrevió a cuestionarlos. 

Pero, como dijo Jesucristo: ‘A los tibios Yo los escupo de mi boca...’ 

Hay multitud de hechos históricos que demuestran hasta que punto los guías espirituales de una u otra iglesia han pretendido poseer en exclusiva la “verdad”, veamos algunos de ellos de la mano de Madame Blavatsky

<< ¿Es Dios, hombre, o Dios y hombre a la vez... ? La discusión de este punto le ha costado a la humanidad ríos de tinta y mares de sangre; y no obstante todavía subsiste la duda. En esto, como en todo, se han contradicho varias veces los concilios, según demuestra la siguiente recapitulación. Esto es Historia: El obispo Pablo de Samosata, negó la divinidad de Cristo en el primer concilio de Antioquía, cuando aún estaba en mantillas el cristianismo teológico. Le llamaba "Hijo de Dios" solamente en atención a la santidad de su vida y obras, pero diciendo que su sangre era corruptible en el sacramento de la Eucaristía. 

En el concilio de Nicea, celebrado el año 325, expuso Arrio sus doctrinas que estuvieron a punto de quebrantar la unidad de la fe. Diez y siete obispos se adhirieron a la doctrina de Arrio, quien fue desterrado por sostenerlas. No obstante, treinta años después (355), en el concilio de Milán, firmaron trescientos obispos un mensaje de adhesión. a las ideas de Arrio, a pesar que, en el segundo concilio de Antioquía (345), habían sostenido los Eusebianos que Jesucristo era Hijo de Dios y consubstancial con el Padre. En el concilio de Esmirna (357), el "Hijo" ya no era consubstancial, triunfando con ello los anomeanos y arrianos, que negaban esa consubstancialidad. Un año después, el segundo concilio de Ancira decretó que el Hijo "no era consubstancial, sino tan sólo semejante en substancia al Padre". El Papa Liberio sancionó esta decisión. 

Durante algunos siglos debatieron y controvirtieron los concilios las más opuestas opiniones, hasta dar por fruto de su labor el dogma de la Trinidad que, como Minerva de la frente de Júpiter, surgió del cerebro teológico, armada con todos los truenos, la Iglesia. El nuevo misterio fue anunciado al mundo entre terribles contiendas, salpicadas de sangre. El concilio de Zaragoza (380) proclamó que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una misma persona y que la naturaleza humana de Cristo es pura ilusión. "Una vez en tan resbaladizo terreno, los Padres de la Iglesia tenían que caer en el absurdo"; porque ¿cómo negar naturaleza humana al nacido de mujer? La única voz juiciosa que se dejó oír en uno de los concilios de Constantinopla fue la de Eutiques, quien tuvo el valor de decir: "Dios me libre de discurrir sobre la naturaleza de mi Dios." Por ello le excomulgó el Papa Flavio. 

En el concilio de Efeso (449) pudo desquitarse Eutiques, pues, como Eusebio, el veraz obispo de Cesárea, le incitase a admitir dos naturalezas distintas en Cristo, declaróse el concilio contra Eusebio proponiéndose que Eusebio fuese quemado vivo. Los obispos se levantaron como un solo hombre, y con los puños cerrados y llenos de cólera, pidieron que Eusebio fuese partido en dos, como él quería dividir la naturaleza de Jesús. Eutiques quedó reintegrado en su cargo episcopal, y Eusebio y Flavio depuestos de sus sillas. Los dos partidos se combatieron desde entonces con violencia grande, llegando al extremo de que San Flavio murió de resultas de los malos tratos infligidos a su persona por el obispo Diodoro, quien le acometió y le dio de puntapiés. 

Viéronse en estos concilios las mayores incongruencias que dieron por fruto las palmarias paradojas que se llaman dogmas de la Iglesia. [H. P. Blavatsky, La Doctrina Secreta Vol. V] >> 

  

Las tremendas barbaridades que se cometieron en nombre de la Fe y la permanente amenaza de los fuegos infernales y “no tan infernales”, como los promovidos por la Inquisición, crearon un endémico estado de ansiedad y terror en el pueblo llano. Esta situación caótica creó entre la mayoría, una visión materialista o pesimista del mundo, en la cual, la vida en la Tierra se muestra como un inmenso matadero en el que los carniceros, a su vez, se convierten en víctimas y éstas, en verdugos. Un mundo en el que las iglesias sincretistas propugnan un dios vengador y rencoroso que sólo espera la caída en el pecado de sus fieles para convertirlos inmediatamente en sus víctimas y las de sus iglesias; quienes fácilmente dejan entrever que solo buscan el poder material y supeditan un futuro premio intangible por la sumisión intelectual y económica de todos sus fieles en el mundo físico. 

Goethe, aspira a encontrar la verdad del alma humana a través de su Fausto, creando, sin pretenderlo, su propia escuela de pensamiento. Goethe reflexionaba así sobre la búsqueda de la verdad del alma humana  que se traduce, según él, en el fatalismo de Fausto, dando cuenta del nivel moral y de la confusión que reinaba y reina en la sociedad terrestre pasada y actual: 

<< Todo hombre que aspira a la verdad, lleva en sí mismo, algo que se parece a la propia naturaleza de Fausto. [Goethe; Fausto] >> 


Aunque, realmente, éste planteamiento personifica el esfuerzo de un alma valiente que se apresta a encararse por sí misma con el vacío que representan las religiones sincretistas en la sociedad de superficie. Solo unos pocos entendieron la trascendencia del alma humana sobre el entorno relativo en el que vive. 

Poco a poco “La Medida” se agotaba, y la raza humana de superficie se encerraba más y más en una mente obtusa y materialista que la creaba a su vez un terrible complejo de culpa, el cual era lavado pulcramente en las “abluciones del alma”, que eran obtenidas, bajo previo pago, en los “balnearios de espíritu” en los que se habían convertido las iglesias sincretistas de los distintos credos. 

Estas diferentes iglesias, en las distintas civilizaciones de superficie, no son al final, más que centros comerciales en los que se compra y vende la “salvación de las almas” con monedas terrenales. Así el mensaje Crístico del Reino, que movía poderosamente las almas y los corazones de los hombres, era acallado  mediante las “lavativas” propiciadas por los distintos credos sincretistas que siempre hablaron un lenguaje ambivalente  y  sibilino, vendiendo mediante la moneda de la sumisión absoluta a sus líderes, la anestesia del alma que el hombre de superficie tanto necesita para enfrentarse a la cruda vida terrenal. 

Este mismo ejemplo se repite una y otra vez con todas las distintas religiones y sectas, que una vez recibido el impulso evangelizador por el maestro correspondiente, caen indefectiblemente en mero comercio de ideas e influencias que aseguran el estatus social de los “elegidos”. 

Vemos así como en la India ancestral, los brahmanes llegaban a serlo por méritos propios y a partir de una serie de pruebas perfectamente establecidas, a las que tenía acceso toda persona, independientemente de su nacimiento o linaje. Posteriormente, con el correr de los años se hizo brahmán al hijo de brahmán, primero como título hereditario y posteriormente como casta “elegida”. Una y otra vez se repite el mismo esquema a través de religiones, razas y creencias. 

Y todo esto, porque la gente necesita creer en algo, y siempre hay alguien dispuesto a “venderte” aquello que necesitas afirmar para calmar tu ansiedad existencial; finalmente, este trueque psicológico disfrazado de espiritualidad simplemente es controlado por la consabida  y previsible ley de la oferta y la demanda. 

 

 Soma:  (La Luna)  (Shani)  

Ver también:      AïShaH; Pitâ                  

Soma y Shani (La Luna y Saturno), desarrollaron en la Raza Atlante los aspectos vinculados con los Rayos Oscuros de la Luna y la Mente Concreta, cuya influencia planetaria ejercía Saturno. 

La herencia Védica determina que el verdadero brahmán es aquél cuyos siete antepasados han bebido el Soma, el zumo de la planta de la Luna y es un Trisuparna pues ha comprendido el secreto de los Vedas. Esto simboliza la trascendencia que se da a la consciencia o conocimiento de las reencarnaciones anteriores a la raza actual, cuando en la Raza Atlante se recibió el legado de Soma. 

Así, también se habla de los ‘Antecesores Lunares’ describiendo a los Pitris, los hijos de Pitâ; refiriéndose entonces a la anterior ronda planetaria, en la que gran parte de la humanidad actual se encontraba en el reino animal. 

Actualmente la Luna es aparentemente un cuerpo muerto, pero no está exento de vida celular y consciente. Sin embargo, las emanaciones de esa vida son negativas para las formas vivas superiores, pues aunque benéficas para las plantas en nuestro planeta, las cuales medran con su irradiación; son negativas e involucionarias para el reino animal y humano. Así el Soma extraído de la “Planta Lunar” simboliza el aspecto positivo de la irradiación de aquel astro sobre la Tierra. 

Existe una clara similitud entre el esoterismo brahmánico y el egipcio, cuando en el primero se llama a los Pitris los "Antepasados Lunares" de los hombres, mientras que los egipcios hacían del Dios-Luna, Taht-Esmun, el primer antecesor humano: 

<< Este Dios Luna, "expresaba los Siete poderes de la naturaleza, que eran anteriores a él y que se hallaban en él sintetizados como sus siete almas, de las cuales era él el expositor, como el Octavo. Los siete rayos del Heptakis o Iao caldeo en las piedras gnósticas, indican el mismo septenario de almas. La primera forma del místico Siete, se la veía figurada en el cielo por las siete grandes estrellas de la Osa Mayor, la constelación asignada por los egipcios a la Madre del Tiempo, y de los siete Poderes Elementales ".   [Gerald Massey; The Seven Souls of Man] >> 

  

 Sophia:     (Sophia Achamôth)   (Ea)  (Gnosis)           

Ver también:   Ad; Vâch; Târâ             

Sophia es la Sabiduría Divina, ella es Sephira para los judíos y Sarawati-Vâch para los hindúes. Madre del dios de la mente (Nous), llamado por los griegos Kurios (kurios) o Mercurio (Mar-Kurios); forma con él la Fuerza Dual que emana de la Esencia Eterna. 

Sophia, es la Sabiduría Divina que mora en el Akasha, mientras que su hija Sophia Achamôth representa a la Luz Astral Inferior o AEter. En realidad, ambas son una misma cosa vista desde dos aspectos, el espiritual y el psíquico coincidiendo en este concepto las leyendas antiguas reflejadas en los libros de las tradiciones Acadias, Semitas y Caldeas; cuando narran: ‘El Gran Océano, el Abismo Acuoso, fue el lugar de nacimiento y mansión de Ea, la Sabiduría, la Deidad infinita e incognoscible. Pero el Océano insondable de la Sabiduría, se convierte en la Materia grosera, la sustancia mortal, siendo Ea, transformada en Tiamat, el Dragón muerto por Merodach en las ondas astrales’. 

La Sabiduría Divina; la Sophia constituyó la gran ciencia oculta de la antigüedad que fue cultivada de muy diferentes formas dando como resultado la ciencia esotérica: 

<< En todos los países antiguos que por civilizados se tuvieron, hubo una doctrina esotérica, un sistema llamado genéricamente Sabiduría, y a quienes se aplicaban a su estudio y fomento se les dio el nombre de sabios... Pitágoras (PuqagoraV) llamó a este sistema Gnosis o ‘conocimiento de las cosas que son’. Los antiguos maestros, los sabios de la India, los magos de Persia y Babilonia, los videntes y profetas de Israel, los hierofantes de Egipto y Arabia y los filósofos de Grecia y Roma, incluían en la noble denominación de Sabiduría todo conocimiento de naturaleza para ellos divina, distinguiendo una parte esotérica, y una parte exotérica. [Wilder; Neoplatonismo y Alquimia] >> 

Desde entonces el Gnosticismo ha hecho gala de las más variadas interpretaciones de los textos sagrados y de una profunda veneración por Sophia, la Sabiduría ancestral, el Espíritu Santo de los gnósticos. Podemos comprobar la validez y profundidad de estos conocimientos con el siguiente relato: 

<< Sofía, "la Virgen celeste", se determina a enviar a Cristos, su emanación, en auxilio de la moribunda humanidad, a la que Ilda-Baoth y sus seis Hijos de la Materia interceptan la divina luz. 

Por lo tanto, Christos, el perfecto. Al unirse con Sofía, descendió a través de las siete regiones planetarias, y en cada una de ellas asume forma adecuada hasta encarnar en el hombre Jesús en el momento de su bautismo en el Jordán. Entonces comienza Jesús a obrar milagros, pues hasta entonces ignoraba cuál fuese su misión. 

Al ver Ilda-Baoth que Christos acababa con su reino de la Materia, concitó a los judíos contra Él, y Jesús fue condenado a muerte. Crucificado Jesús, Christos y Sofía abandonaron su cuerpo, restituyéndose a su propia esfera. El cuerpo físico de Jesús volvió a la tierra; pero su Yo, el Hombre interno, revistióse de cuerpo etéreo. [C. W. King; Gnostics and their Remains] >> 

 

 Suras:                   

Ver también:  Asuras; Ialdabaoth            

Los Suras fueron los primeros dioses creadores, aquellos que forman la primera emanación o creación primaria desde las Tinieblas a la Vida Manifestada. 

En su primera reflexión, Mahat, la Mente Universal, asume su consciencia despertando del sueño de laya o Noche Eterna, y en su despertar desde la noche al día recrea a los Suras, los Seres Resplandecientes. 

Ialdabaoth (Lucifer) fue creado el primero como el más sabio y el más hermoso de los Suras, que cayó en la rebeldía arrastrando consigo a la ‘tercera parte de los dioses del Cielo’, como dicen las escrituras antiguas. 

 

 Sûrya:         (El Sol)                

Ver también:     Agni;  BWâL         

El Rig Veda, despliega también la profunda enseñanza de los Siete Rayos de Sûrya, el Sol. Que se convierten en el camino y medio de Sat (la Seidad), sobre Asat (el medio manifestado). Los Siete Rayos son las energías fundamentales del cosmos, y tienen cualidades definidas que se transfieren al medio con el que interactúan, ya sean átomos, planetas o galaxias, formando la vibración fundamental, clave o nota fundamenta de los sistemas de mundos. Éstos constituyen en sí, las notas musicales con las cuales el Himno de la Vida está compuesto. El tono fundamental, la nota básica y sintética de este sistema planetario es la del Segundo Rayo cósmico, también denominado Amor-Sabiduría,  la energía Crística, que al penetrar en el aura de la Tierra hacen surgir en ésta los patrones básicos de las estructuras genéticas. 

Los rayos básicos, emiten así mismo, los múltiples matices de su tono, dividiéndose a su vez en otros siete sub-rayos, que son los armónicos del rayo primero o fundamental. Los Rayos plasman las leyes evolutivas que son reguladas por las sutiles consciencias creadoras, trayendo los fuegos cósmicos a la materia y generando la manifestación del mundo tangible. El conocimiento de los Rayos cósmicos es la senda que conduce al hombre a su propio interior. La vinculación de la humanidad terrestre con los rayos, no se limita al ámbito planetario, pues al ser éstos su propia naturaleza, ayudan a su consciencia a integrarse en el cosmos como un todo. Los Rayos penetran los intersticios de la materia, vibrando, e irradiando estímulos para la trascendencia y la elevación. La unión cósmica entre la materia y los rayos se establece a medida que el reino humano, símbolo del consciente externo del planeta, logra afianzarlos en sí mismo. 

Estos Sagrados conocimientos, que fueron acuñados por los primeros padres Arios como herencia del mismo Ram, son los Siete Amigos de Agni, sus Siete Caballos o Siete Cabezas. Alegóricamente se declara que la Raza Humana ha surgido del Fuego y del Agua, lo que se traduce como los Tres Rayos de Aspecto y los Cuatro Rayos de Atributo. Los Rayos son ofrendados por los Sacrificadores Divinos, los Pitaras, Angirasas, Sâdhyas y los Devaputra Rishayah o los Hijos de Dios. Estos Sacrificadores Divinos son colectivamente Vishvakarman, el Padre de los Dioses. En los himnos del Rig Veda, el Hombre Celeste es llamado Purusha, el Hombre, de quién nació Virâj, el hombre mortal; el cual está bajo el dominio de Varuna, el supervisor de la Ley Universal:
<< Quién viola las leyes de Varuna, o leyes de la Naturaleza, es castigado por Indra, cuyo Vrata, ley o poder, es el máximo exponente de la Ley Kármica. [Wilson; Vishnu Purâna] >> 

 

 Sûtra:              

Ver también:    Sánscrito     

El Sûtra es la meditación contemplativa, en la que se practica la "unión de conocimientos", es decir una síntesis de todos los conocimientos adquiridos a lo largo del ciclo de reencarnaciones para acceder a la iluminación como causa-consecuencia y última finalidad de las mismas. 

También se llaman Sutras a los textos religiosos del hinduismo y del budismo. Este término fue originario de la filosofía védica hindú, inicialmente el conocimiento filosófico de los sutras era sobre todo de carácter oral y, por eso, requería la intervención directa de un maestro que guiase el hilo conceptual de pensamiento. Posteriormente estos conceptos se utilizaron, previa trascripción al sánscrito, en la mayoría de las escuelas filosóficas hindúes. 

 

 Svastika:              

Ver también:   Tau; PhI         

El círculo y la cruz son inseparables. El círculo o deidad, en movimiento, como aparece en el Chakra o círculo de Vishnú, el cual conforma la Svastika, se combina con la cruz Ansata para definir el símbolo de la vida y del nacimiento en la generación, terminando en la Tau o cruz astronómica que referencia la encarnación en la materia. Así la Tau representa al cubo desarrollado, o universo material, mientras que la Svastika representa a la pirámide desarrollada, o universo en elevación.
Desde el círculo al cuadrado, desde la esfera al cubo, la deidad transciende los ciclos de la encarnación en el universo sin tiempo.
Los cabalistas creen que la Clave Sagrada se encuentra en la relación geométrica del área del círculo inscrito en el cuadrado, o la del cubo en la esfera, siendo relacionado con la proporción del diámetro de la circunferencia o número PhI (Phi ‘f’ + Pi ‘p’) expresado en integrales, y siendo PhI, la razón suprema relacionada con los nombres de los dioses Elohim y Jehovah. Así, los Pitagóricos enseñaban la conexión y relación entre los Dioses y los Números, en una ciencia llamada Aritmomancia. El cubo desarrollado, se convierte en una cruz en forma de Tau o cruz egipcia, y ésta, unida al círculo da la cruz Ansata de los antiguos faraones, los cuales la habían recibido de sus antiguos Reyes Iniciados. 

Thoth (Hermes), fue el inventor del alfabeto egipcio, y la  letra Tau pasó a ser la última letra de los alfabetos semitas, en los cuales su acepción tomó el significado de “fin”, “perfección” y “culminación”. La cruz Svastika, o cruz Solar, fue el símbolo Ario por excelencia, pero también el Turanio en su sentido inverso. La cruz Svastika representa la unión del círculo y la cruz, la energía viva de Fohat, que se refleja en la polaridad cambiante o en evolución, el símbolo de las galaxias, el símbolo de lo masculino y femenino, de lo positivo y negativo. La Svastika ha sido usada tanto para indicar la evolución espiritual, como la involución material. La Svastika levógira, representa al hombre evolutivo, en la cual su brazo derecho apunta hacia el cielo y su brazo izquierdo hacia la tierra, repitiendo el axioma: ‘Como en el Cielo, así en la Tierra’. La Svastika dextrógira, representa la involución material, al hombre involutivo, en la cual su brazo derecho apunta hacia la tierra y su brazo izquierdo hacia el cielo, invirtiendo completamente el sentido positivo por el retrógrado: ‘Como en la Tierra hágase en el Cielo’. La frase del Nigromante ofita que intenta controlar a los mundos superiores por el mero poder de su voluntad terrena. 

Durante muchos siglos, Turanios poderosos como el conquistador mongol Gengis Kan, también conocido como Timuyin, usaron ese símbolo en su aspecto negativo y retrógrado. Este personaje, al igual que lo harían muchos otros, arrasó con la cultura Aria y persiguió el sueño de conquistar el mítico reino del Preste Juan, como entonces se llamaba a  Shamballah

Otro Turanio tristemente famoso, que consiguió engañar al pueblo Ario fue Adolf Hitler, este personaje, heredero astral del primero, generó una de las más recientes y peores guerras de la humanidad de superficie, agotando en una lucha fraticida al mismo pueblo Ario al que pretendía liderar. Su tenebrosa influencia culminó con la fatídica resolución de una parte del pueblo Ario de utilizar la bomba atómica contra sus semejantes, dicha acción acarreará una respuesta kármica nefasta en la futura transición planetaria. 

Otra variación de la Svastika es el loto de cuatro pétalos de Buda, que representa a la Svastika oriental interna, pues el sentido de rotación levógiro o dextrógiro depende de la representación del sujeto y la polarización del observador, una galaxia gira de diferente forma si la observas desde arriba o desde abajo, desde dentro o desde fuera. La Svastika interna es un símbolo de fuerza singular e impulso para la purificación, mientras que la Svastika externa conduce a los ambiciosos por caminos oscuros…  

El pueblo hindú interpretó muy acertadamente la simbología de la Svastika interna en la teoría de los tres “Gunas”. Los tres Gunas según la teología hindú eran: Sattwa, la conformidad a la esencia pura del ser o Sat, la raíz siempre presente, eterna y sin cambio. Rajas, el impulso que provoca la expansión del ser en un estado determinado o Asat, el mundo fenoménico manifestado; y por último Tamas, la oscuridad o principio único. Los griegos conocieron esos tres principios como Chaos, Theos y Kosmos. En la elevación del hombre, Rajas representa a la línea horizontal de la cruz, el mundo manifestado en el que el alma asciende desde Tamas, la oscuridad hacia el Sattwa, la esencia pura del ser formando la línea vertical de la cruz.

 

 

   

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Publicación: Septiembre 2004. Última modificación: 16 de Febrero 2013.