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Índice Alfabético - Glosario

Nadis Nâgas NaHaSH Na-Noah Nat-Our Nazarenos
NePheSh Nihil Noúmeno Numinosidad    

Glosario de términos (N):

N 

 Nadis:          (Sushumnâ)  (Îdâ) (Pingalâ)    

Ver también:    Chakra; Kundalini      

El Mûladhâra Chakra es el Chakra en el que reside la Kundalini, la fuerza gobernante o vital de los seres humanos. Normalmente a la fuerza Kundalini la contrarrestan y equilibran tres flujos energéticos o Nadis, que corren a lo largo de la columna vertebral, denominados el Sushumnâ, el  Îdâ y el Pingalâ, situándose uno en el conducto central de la columna espinal, el segundo, al lado izquierdo y el tercero en el lado derecho de la médula espinal.
El primer Nadis, el Sushumnâ, es la base de los otros dos, estos otros, el  Îdâ y el Pingalâ controlan el funcionamiento pasivo de la fuerza Kundalini en los seres humanos normales. El Îdâ y el Pingalâ son pues mecanismo de seguridad que restringen la elevación de la energía vital a los centros superiores de conciencia con la única finalidad de adecuar el flujo de energía vital al grado de control de la consciencia Monádica sobre los cuerpos fenoménicos.
  

 Nâgas:               

Ver también: Magia; Kundalini; Ofitas.

Los Nâgas (serpientes sagradas) son considerados en las tradiciones ancestrales como una comunidad de seres que devoraban los conocimientos y la sabiduría a los que tenían reservado acceso. Así, estos hombres especiales fueron llamados adeptos, al convertirse entonces en Nâgas humanas. Estos adeptos componían una variedad de escuelas muy diversas y de distinta instrucción, las cuales, cuando se recorría el sendero oscuro, finalmente producían una dislocación astral si la elevación del Kundalini no acompañaba a la evolución Monádica.

Estas distintas sectas y escuelas han dejado constancia de su paso por las distintas épocas y civilizaciones de una forma sutil pero inconfundible. En la antigua India, los  Nâgas eran considerados como un pueblo misterioso que vivía en Nâga-dvipa, uno de los antiguos continentes antediluvianos. Los Seraphim  hebreos son otro ejemplo de ‘sarpas’, seres  semidivinos con cara humana y cola de dragón. En China, los Hombres Celestes, son llamados los doce Tien-Hoang, los ángeles con rostro humano y  cuerpo de dragón, en una similitud asombrosa con los Seraphim  hebreos.

La Serpiente ha representado siempre a la sabiduría y al ‘conocimiento oculto’, siendo en Egipto el símbolo de Thot y Hermes, éste último llamado en Babilonia Hea u Hoa. En Los Uphanishads se puede descubrir todo un tratado acerca de la ‘ciencia de las serpientes’, o Ciencia del Conocimiento Oculto.

En Grecia, Esculapio cura por medio de la serpiente delegando en ella sus poderes. En Roma, las Vestales cuidan de las ‘serpientes sagradas’ al mismo tiempo que alimentan el fuego sagrado.

Por todas partes se encuentran vestigios de su ancestral presencia, los Nagales en Méjico, los Hombres Serpiente en China.

La Serpiente (Nâga), es el símbolo Ofita por excelencia y a la vez el símbolo de la curación y la sabiduría.

 

 NaHaSH:               

Ver también:  PhI; Kabhalah.                  

El NaHaSH es el tiempo en espiras. NaHaSH, en el momento del despertar del Universo es representado según los hierogramas sagrados como un punto en el interior de un circulo, es el Nicod Bilo ShOPh cósmico, A el punto en el infinito, personificado también por nuestro viejo y querido número PhI, la palabra o boca de IHOH,  El Grande.

El Nahash hebreo significa el Espíritu, el ser desencarnado y también ‘desposeído’ de su pureza original que vaga por los planos intermedios buscando, mediante la experiencia material, la elevación de su ser hacia su núcleo de vida eterna.

El Espíritu separado del Ser Supremo, busca la redención para alcanzar de nuevo el estado de pureza inmaculada, utilizando para ello el largo camino que atraviesa el valle de la Materia; y así, inicia con su propia búsqueda, el concepto temporal de los acontecimientos que finalizarán con su retorno al origen en un nuevo estado o espiral evolutiva.

 

 Na-Noah:      (Noé)  (Xisutros) (Nuah)      

Ver también:      Manú; Arka; Enoch; Kabirim                 

El segundo diluvio Atlante es el que ha quedado marcado  en las tradiciones ancestrales terrestres de todos los continentes como el del “Gran Diluvio de Noé” de la tradición semita, y las tradiciones referidas a Xisutros, el “Noé Caldeo”, o las leyendas de los “Noes” Azteca y Chino.

Noé, o Na-Noah, en la lengua del Bereshith, significa “la Regla”, “la Ortodoxia” de Noé, y es equivalente a los nombres: Manú, Menes, Minos y Minoa. En todas estas tradiciones han quedado reflejados factores comunes como el de los siete acompañantes misteriosos de cada uno de los “Noes” de las diferentes leyendas, cuando finalmente se narra que descienden a la tierra firme transportados en sus “Arcas de Salvación”.

En el libro de Enoch se hace referencia a Nuah: “Flotando en su ‘Argha’ sobre las aguas”...  Siendo Noé el padre de los siete Kabirim, los arquetipos genuinos de todos los seres humanos de la Quinta Raza Raíz o Raza Aria.

   

 Nat-Our:       (Naturaleza)        

Ver también:     Noúmeno; Khum              

La “Naturaleza” en la primera correspondencia de la Luz Inaccesible. Así, encontramos a la figura de la Esencia Divina o Ishva-Ra, Rey y Señor de los Alhim, quién se nos muestra en la imaginería hindú como dueño y señor de la Naturaleza. Él permanece sentado sobre el Tigre que encarna a la fuerza del Verbo Creador representando a sí mismo las rayas del tigre a las ondas lumínico-energéticas y espacio-temporales que generan los mundos manifestados. Las aguas que rodean a la figura sedente son las Aguas del Espacio, el Khum, la Oscuridad Madre de todos los seres. El tridente representa el Triloka, el gobierno de los Tres Mundos, y la Serpiente de Sabiduría arrollada a su cuello, significa la Mente Cósmica que se enrosca sobre el tronco del  Asvattha, o Árbol de la Vida, fructificándolo.

Por último el nudo  que forma su cabello en lo alto de su cabeza, y del que sale un arco iris, es una metáfora que está aludiendo a Nat, el nudo y  a Our, la luz viviente, las cuales simbolizan la Nat-Our.

El Universo ha sido creado siguiendo un plan ideal, tal y como lo define Paracelso:

<< Todas las cosas son el producto de un esfuerzo universal creador... Nada existe “muerto” en la Naturaleza, Todas las cosas son orgánicas y vivas, y por lo tanto el mundo entero parece ser un organismo viviente. [Franz Hartmann; Paracelsus] >>

 

Pero la Naturaleza no es un gran ser inconsciente o inerte, como gustan de imaginar nuestros científicos, sino que, como Hartmann y otros muchos autores sostienen existe como consciencia única, siendo denominada el Nous:

<< Aquel Ser Universal que es y contiene todo,  pone en movimiento el alma y el Mundo, todo cuanto la Naturaleza comprende. En la múltiple unidad de la vida universal, las individualidades innumerables distinguidas por sus variaciones, están, sin embargo, unidas de tal manera, que el conjunto es uno, y que todo procede de la Unidad. [Anna Kingsford; The Virgin of the World] >>

 

 Nazarenos:   (Esenios)                 

Ver también:    Brâhatmah             

Los Nazarenos constituyen una nueva clase de sacerdotes que nace en el pueblo de Israel durante la época de Moisés; éstos eran llamados los Nazarenos, o Nazareos, que instruidos por Arón y Jetró, constituyeron una orden monástica de iniciados puros y entregados por completo a la meditación y la regla:
<< Habló Yavé (Elohí) a Moisés, diciendo: ‘Habla a los hijos de Israel y diles: Si uno, hombre o mujer, hiciere voto de consagración, consagrándose a Yavé (Elohí), se abstendrá de vino y de toda bebida embriagante... Durante todo el tiempo de su voto de nazareno no pasará la navaja por su cabeza, hasta que se cumpla el tiempo por el que se consagró a Yavé (Elohí)… [La Biblia; Números VI:1] >>

 
Los Nazarenos fueron disueltos y perseguidos a la muerte de Moisés, y no se volvería a hablar de ellos como grupo, hasta después del cautiverio del pueblo hebreo en Babilonia, cuando Daniel y Esdrás dieron un nuevo impulso al culto solar de Adonai. Durante el tiempo del cautiverio del pueblo hebreo en Babilonia una figura llamada Zarathas o Nazaratos, descendiente astral de Zarathushtra, enseño a los iniciados hebreos el Camino de la Derecha, los ritos y conocimientos secretos del culto solar a Adonai. Fortaleciendo y renovando así las enseñanzas recibidas de Moisés muchos siglos antes. Dentro de la comunidad de los Nazarenos, pronto emergió un grupo humano muy evolucionado que incidió grandemente sobre el aura etérica del planeta, para preparar la venida de la Esencia Crística. Éste grupo, lo formaron los que hoy, la humanidad de superficie conoce como Esenios. Realmente, dentro de la comunidad monástica Esenia, encarnaron seres intraterrenos y de otros planetas del sistema solar, en especial de Venus, para preparar y asentar el gran impulso que la Luz Crística imprimiría en este planeta, con la llegada del gran evento cósmico que se produciría años después.

Los Esenios tuvieron comunidades activas en Palestina y Siria, su capacidad de cura y sus conocimientos ocultos eran fruto del contacto interior con su Mónada y con el conocimiento consciente de los núcleos intraterrenos que los guiaban. Los Esenios permanecían retirados y apartados de su entorno, y una de las condiciones básicas de todo aspirante para su inclusión en el grupo era la del silencio. Las razones de esta conducta eran obvias, la sociedad humana circundante y sus eternos enemigos, los Levitas, no cejarían en la destrucción sistemática del menor afloramiento de las leyes cósmicas. Los Esenios ponían mucho énfasis en el cumplimiento de la Ley, eran cuidadosos con el uso de la palabra, al ser ésta conductora de energías,  reflejaban en todo momento la verdad y la simplicidad en todos sus actos y mantenían un profundo sentido de fraternidad con todos sus hermanos, lo que les hizo ser muy valorados y queridos en las comunidades hebreas de su entorno. Realmente ellos introdujeron el espíritu monástico más puro y elevado que la humanidad de superficie había conocido hasta entonces, siendo de hecho, los precursores del auténtico espíritu cristiano que florecería plenamente con la llegada de Cristo.

Jeshu Ben Pandira (Jesús hijo de Pandira), éste líder Esenio fue una noble y gran personalidad que impartió una doctrina precursora del cristianismo y también  fue un ser apoyado y coligado con Shamballah y con el Melki-Tsedek, el Rey del Mundo, el Brâhatmah representante vivo del Logoi terrestre; para que se iniciase el ciclo preparatorio de la Gran Venida de la luz Crística.
Melki-Tsedek, el Rey del Mundo, aparece constantemente reflejado en los escritos Esenios de la comunidad del Qumrán, que han sido transmitidos a la humanidad actual, como un regalo inapreciable de los tiempos pasados a los presentes. Una herencia inconsciente, que aún perdura en la liturgia de la misa católica, cuando se pronuncia: ‘...et  quod Tibi obtulit summus sacerdos Melchisedech…’.
Apolonio de Tyana representó los valores y preconizó las doctrinas de Cristo, teniendo como objetivo la canalización adecuada de la energía Crística sobre la superficie del planeta. Él  fue, además, el líder y maestro de los nuevos Nazarenos, o Nazareos, los Esenios que formarían las primeras y más puras comunidades cristianas, las cuales, guardarían hasta hoy el auténtico mensaje Crístico.

Realmente los esfuerzos que se han realizado para conducir hacia la luz a la humanidad de superficie han sido excepcionales. El humano de superficie más evolucionado, el Maestro Jesús, el alma que anteriormente había encarnado en  Jeshu Ben Pandira, y en Jesús de Nazareth durante su niñez, nuevamente, se entregó a la inabarcable tarea de reconducir a los hombres  por el estrecho camino que bordea los terribles acantilados del error, bajo una nueva figura humana; la de Apolonio de Tyana.

Apolonio de Tyana surge en la perspectiva histórica humana, durante el siglo I de la era cristiana en Tyana, localidad de Capadocia, y desde el primer momento destaca como uno de los más avanzados hijos de la Escuela Pitagórica. En calidad de maestro de ésta, viaja por Oriente iniciándose en las doctrinas milenarias de la India, Egipto y Caldea, hasta adquirir un dominio sobre las leyes cósmicas jamás alcanzado por humano alguno sobre la faz del planeta. Él realizó infinidad de benditos prodigios a semejanza de Jesús de Nazareth, tales como la curación de enfermos y la resurrección de los muertos. Su vida y su obra están marcadas por el profundo amor y una inmensa caridad hacia sus semejantes.
Pero Apolonio, representó un peligro inminente para los “Padres de la Nueva Iglesia”, que ya habían comenzado a revestirse de un poder material y político importante como oposición organizada al poder de Roma. Y de la misma forma que ocurriese con Jesús de Nazareth y los miembros del Sanedrín judío, las pugnas y las desavenencias surgieron con una ferocidad enfermiza por parte de los “Padres de la Nueva Iglesia” hacia los seguidores de Apolonio, que recluidos en monasterios y comunidades Nazarenas, o Esenias, fueron los auténticos precursores y divulgadores de la doctrina Crística por el mundo.  Ellos constituyeron el espíritu de los Cristianos del Primer Amor, aquellos que fueron duramente perseguidos y exterminados en los siglos siguientes al  Concilio de Nicea, donde la “Iglesia de Cristo” pasó a ser la “Iglesia del Imperio”.

  

 NePheSh:   (Nefesh) (Nephesh)            

Ver también:  Kabhalah; Nahash; Rouah                  

NePheSh o Nefesh es el Alma Viviente que experimenta conscientemente el mundo manifestado, la cual, cuando el cuerpo físico muere debe ser elevada para romper sus ataduras con el mundo material.

El evangelio gnóstico por excelencia; el Pistis Sophia, nos lo explica diciendo que Nephesh es la sede de los apetitos físicos, el deseo que constituye además según la Biblia, el Soplo de Vida, la fuerza básica que moviliza a los seres materiales en su lucha por la supervivencia.

Así a  Nephes debemos considerarlo únicamente como el soplo de Vida o Alma Vital, y no como al Espíritu Divino, también llamado Ruach, que asegura al hombre la inmortalidad como deidad.

   

 Nihil:                   

 Ver también:  Mónada; Avatar               

El espíritu no es el cuerpo y, por tanto, los orientalistas le han llamado el no-cuerpo, el no-cosa, el “nadie” o la “nada”, es decir, el nihil. Como lo define Schopenhauer: 'En realidad no hay ni materia ni espíritu. La gravitación de una piedra es tan inexplicable como el pensamiento del cerebro humano… Si la materia puede caer al suelo sin que nadie sepa porqué, también puede pensar sin que nadie acierte la causa.'

La palabra ‘nihil’ o ‘nada’ no debe ser entendida como la negación de todo lo que existe, sino como la superación del sentimiento de distanciación con el mundo que nos rodea, así el Ser y el Kosmos son una unidad integrada que se desarrolla dentro las múltiples formas temporales que apreciamos por nuestros sentidos externos.

  

 Noúmeno:     (Nous)            

Ver también:     Numinosidad;   Holístico             

El Nóumeno entraña una consciencia implícita en todo el Universo, la cual es a su vez la esencia o causa hipotética de los fenómenos.

La “Inteligencia Mundana”, es también llamada el “Nous”, el principio que existe absolutamente separado y libre de la materia, y que obra con arreglo a propósitos ignotos. Este Nous, es lo que constituye la conciencia de todo lo que existe, desde un átomo a un planeta. El concepto del Nous esencial o mente universal como motor de la materia y alma animadora inmanente en todos los átomos, chocó frontalmente con los conceptos de Demócrito, quién  pensaba que los átomos eran impulsados ciegamente por unas fuerzas abstractas. Éste último pensamiento, es obviamente, el que impera hoy en la Ciencia Académica oficial, a pesar de que en la cultura occidental siempre han existido corrientes como la preconizada por Hegel y los transcendentalistas alemanes, que se mantuvieron en su concepción del “Absoluter Geist” o “Espíritu Absoluto”, sugerido por Von Hartmann, en su filosofía pesimista de lo “Inconsciente”.

Según Hegel, lo Inconsciente jamás habría emprendido la vasta y laboriosa tarea de desenvolver el Universo, más que con la esperanza de alcanzar la clara consciencia de sí mismo. En esas leyendas se hallan las claves del entendimiento y la representación simbólica de la gran lucha entre la sabiduría divina, el Nous, y su reflexión terrestre, la Psiche, o mejor definido entre el Espíritu y el Alma.

   

Numinosidad:  (Numen)                       

Ver también:       Holístico;   Noúmeno     

Numinoso es aquello perteneciente o relativo al Numen como manifestación de poderes religiosos o mágicos. El Numen ha sido relacionado con los dioses de la mitología clásica, siendo la causa o motivo de la inspiración del artista o escritor. La Numinosidad, apunta que la conciencia de lo numinoso (ausencia de cualquier frontera definida entre el mundo espiritual y el natural), es la experiencia mística, y ésta tiene un lugar definido en el cerebro humano. Encontrándose localizado éste centro, en el hemisferio derecho de la estructura cerebral. Justo en el lóbulo temporal del hemisferio derecho que forma parte de la corteza asociativa límbica, de la que parte el sentido de la atención y la sensación del despertar. Esta zona cerebral actuaría como un operador holístico (entendido como un todo) en lugar del clásico operador binario del cerebro racional izquierdo.

Otro aspecto interesante en este razonamiento, si entendemos que el mecanismo encargado de que visualicemos el tiempo como una secuencia de efectos reside particularmente en el hemisferio izquierdo o dominante, es que la experiencia mística convencional altera la concepción del tiempo como ente secuencial. Blavatsky, en su obra “La Doctrina Secreta” define “Numinosidad”, o más precisamente el “Noúmeno” como la manifestación del mundo de la verdad o Sat, de la cual, radia la energía de la Realidad Una o Deidad sin Nombre. Es pues ésta, la esencia o causa hipotética de los fenómenos, según las noticias que el entendimiento recibe de los sentidos o de la propia consciencia.

 

 

 

   

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Publicación: Septiembre 2004. Última modificación: 16 de Febrero 2013.