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Índice Alfabético - Glosario

Maat Magia Mahanga Maharshi Mahat Mahatma
Manu Manvantara Mash-mak Matih-Apaneya Mâyâ Mérou
MIHAel Miz_Tli_Tlan Moisés Móloc Mónada
Mudra Mystoe        

Glosario de términos (M):

M 

 Maat:           

Ver también:    Demiurgo, Caos         

Maat es la encarnación de la Verdad-Justicia, que representa el orden cósmico tal como lo estableció el Demiurgo, ese orden político y social es el que administra el faraón, por tanto, todo individuo debe actuar conforme a Maat para que reine la armonía divina sobre la Tierra.

Maat representa la fuerza de cohesión sin la que el mundo de las formas no podría existir, y de esta forma Maat es la “organizadora” del Caos, aquella que disuelve la entropía en el mundo manifestado.

  

 Magia:         

Ver también:  Feérico; Hermes          

La generalidad del mundo actual piensa que la magia es un mito que pretende producir, valiéndose de ciertos actos y palabras, o con la intervención de espíritus, genios y demonios, efectos y fenómenos extraordinarios, contrarios a las leyes naturales. Pero sin percibirlo, la inmensa mayoría de los hombres actuales viven inmersos en un mundo “mágico” lleno de sugestiones subliminales que están siendo bombardeadas permanentemente por la televisión y los medios informativos, creando una inmensa alucinación colectiva que se ha dado en llamar “cultura de masas”.

Debemos referirnos a los estudios del gran egiptólogo M. Chabas, quién estudiando la magia del antiguo Egipto, realizó un análisis comparativo con la sociedad europea  del siglo XIX, en el cual él determinaba que no existían de hecho grandes diferencias en cuanto al nivel de sugestionabilidad y superstición entre los integrantes de las sociedades burguesas occidentales y los habitantes del Egipto antiguo:

<< Sin recurrir a las imponentes ceremonias de la varita de Hermes, ni a las obscuras fórmulas de un impenetrable misticismo, un hipnotizador puede en nuestros días, con unos cuantos pases, perturbar el organismo del sujeto, inculcarle el conocimiento de lenguas extrañas, transportarlo a lejanas tierra, introducirse en secretos lugares, adivinar el pensamiento de los ausentes, leer cartas cerradas, etc... El antro de la sibila moderna es un modesto gabinete; y en vez de trípode dispone de un velador, de un sombrero, un plato, cualquier objeto del ajuar más ordinario; pero el hipnotizador de hoy supera al oráculo de la antigüedad, ya que éste únicamente hablaba, y el oráculo de nuestros días escribe sus respuestas. Al mandato del médium, los espíritus de los muertos mueven el objeto, y los autores de pasados siglos nos entregan obras escritas por ellos más allá de la tumba. Los límites de la credulidad humana no son hoy más estrechos que lo fueron en la aurora de los tiempos Históricos... [M. Chabas; Papiro Mágico] >>

 

La magia, para los antiguos era un arte natural al que todo adepto llegaba como consecuencia de su ascetismo y que únicamente representaba una etapa más a ser  superada en aras de la evolución espiritual. Así, Pselo decía que ‘la magia era la última parte de la ciencia sacerdotal, que investigaba la  naturaleza, poder y cualidades de todas las cosas sublunares, de los elementos y sus partes, de los animales, de las plantas, de las hierbas y de las piedras’.

La magia así entendida es un arte natural que no contradice en absoluto las leyes de la Naturaleza, sino que las sublima y las sitúa en niveles vibratorios de superior energía. Pero: ¡Ay de aquellos que se atrevan a ejercitar la magia negra! Pues el mundo se cerrará sobre ellos condenándolos a una vida de pesadilla a la que seguirá una muerte de horror. O esto es al menos lo que nos asegura el viejo cabalista Eliphas Lévi:

<< He ahí ciertamente una espantosa revelación para los evocadores de espíritus y los aficionados a las mesas parlantes. Es lo que en obras precedentes hemos llamado larvas y vampiros, coagulaciones y proyecciones malsanas de la luz astral; según el libro de Henoch, serían éstas las almas híbridas y monstruosas, formadas por el comercio de los Egrégores con las prostitutas del mundo antiguo; las almas de los gigantes exterminados por el diluvio, exhalaciones mórbidas de la tierra y de la baba de la serpiente Pithon. [Éliphas Lévi; El Libro de los Esplendores]  >>

 

 Mahanga:     (Mahynga)    

Ver también:      Brâhatmah; Mahatma     

El Mahanga o Mahynga es la tercera figura que compone la Trimurti que rige los destinos de la Paradesa, Âgarttha, la 'Isla Blanca', la Ciudad, el Centro Planetario Mayor que durante el ciclo de Ram, fue la sede del Santuario Central, el cual, era habitado por el Mahatma, el Mahanga y por fin el  Brâhatmah.

La narración de Ferdinand Ossendowski en su libro Bestias, Hombres y Dioses nos dice lo siguiente: 

<< El Reino de Agharti, en el cual, en palacios de maravilloso cristal, viven los gobernantes invisibles de toda la gente piadosa, el Rey del Mundo o Brahytma que puede hablar con el mismo Dios, y sus dos ayudantes, el Mahytma, que conoce los designios de los eventos futuros, y el Mahynga, el cual rige las causas de esos eventos… [Ferdinand Ossendowski; Beasts, Men and Gods] >>.

   

 Maharshi: (Mârshi)              

Ver también: Archi                   

El Archi Negro, el Mârshi o Príncipe de la Muerte es aquel que conduce al alma durante el trance de la muerte, a través del Devachán, la mansión de la Dicha, el que forma el Cero de los Arcanos y no pertenece al mundo de los vivos. El Maharshi es el ser físico que lo representa y cumple en el Âgarttha la función de rector del Sagrado Colegio Mágico, a la vez que Príncipe Iniciático.

   

 Mahat:   (Manas)      

Ver también: Dhyân Chohans; Logos   

Mahat, es la Mente Universal que se descubre a sí misma. En su primera reflexión, Mahat asume su consciencia despertando del sueño de laya o Noche Eterna, y en su despertar desde la noche al día recrea a los Suras, los Seres Resplandecientes. Continuando con su creación, ella asume la forma del Día y crea a los Dhyân Chohans, dotados con la cualidad de la bondad. Posteriormente crea a los Pitris, dotados con la cualidad de la pasividad, pues pensaba en este punto, que él, el Logoi regente, era el Padre del Mundo. Y por último a la caída de la tarde, en su última forma, creó a los Hombres, dotados de la cualidad de la impureza, pues en ellos la impureza o pasión predomina. El Hombre, es así el último de los seres autoconscientes creados en el cuarto “cuerpo” de Mahat o Mente Universal.

En la construcción del cuerpo del hombre intervienen los seres autoconscientes anteriormente creados, así los Pitris o Devas, moldean el cuerpo etérico del hombre y lo llenan materialmente, creando de esta manera su cuerpo Etérico-Físico; al igual que realizan con todo lo que existe en el universo manifestado. Los Dhyân Chohans, plasman los arquetipos evolutivos de los cuerpos que han de ser creados y controlan su evolución genética, concediendo a los hombres el cuerpo Astral o cuerpo de los sentimientos. Y por último los Suras, conceden a los hombres su cuerpo Mental como exudación de sus propios cuerpos astrales. Finalmente, la Chispa Inmortal o Mónada toma posesión de la forma creada generando el alma, o núcleo de consciencia causal que debe alcanzar su unión con el núcleo de la personalidad formado por los tres cuerpos anteriores.

De igual manera, Manas o mente humana es el Dragón de Sabiduría o Principio Inteligente que es llamado: el Quinto Principio. Así se dice que Manas, debe morir en el Akasha para entrar en Laya...

Simón el Mago, figura destacada del primer siglo cristiano que incluso llegó a competir en doctrina con el mismo San Pedro, según aparece brevemente en los Hechos de los Apóstoles, siendo vilipendiado por los primeros autores cristianos como Ireneo, Epifanio y Justino. Sus seguidores fueron perseguidos bajo acusación de herejía simonita. Pero esta figura controvertida y siempre esclarecedora, nos legó el siguiente comentario a lo anteriormente dicho acerca de la función de la Mente:

<< El Padre era uno; porque conteniendo en sí mismo el pensamiento, estaba solo. Sin embargo, no era el primero aunque fuese preexistente; sino que manifestándose a sí mismo de sí mismo, llegó a ser el segundo (o dual). No fue llamado Padre hasta que el pensamiento le dio este nombre. Por lo tanto, desenvolviéndose de sí mismo por sí mismo, manifestóse a sí mismo su propio pensamiento, y así también el pensamiento manifestado no se actualizó, sino que vio al Padre oculto en él, esto es, a la potencia oculta en sí misma y la potencia (dunamis) y el pensamiento (epinoia) son masculino-femenino; pero al corresponderse recíprocamente, son uno solo. Así en las cosas de arriba está la potencia, y en las de abajo el pensamiento. Ocurre, por lo tanto, que si bien es uno lo manifestado por ambos, aparece, duple, pues el andrógino lleva en sí mismo el elemento femenino. Así la mente y el pensamiento son inseparables uno de otro por ser uno, aunque aparezcan en dualidad. [Simón el Mago; Philosophumena] >>

   

 Mahatma:   (Mahytma)     

Ver también:      Brâhatmah,  Mahanga, Satiagraha,  Aparigraha,  Samhaha.     

Al igual que ocurriera con la descripción del Brâhatmah, y del Mahanga, el Mahatma es la figura que completa la Trimurti del trono planetario, que estuvo asentado en la Paradesa. El Âgarttha, la 'Isla Blanca', la Ciudad, el Centro Planetario Mayor durante el ciclo de Ram, era la sede del Santuario Central. La narración de Ferdinand Ossendowski en su libro llamado Bestias, Hombres y Dioses nos habla del Mahatma en los siguientes términos: " el Mahytma, es aquél que conoce los designios de los eventos futuros..."

Y es precisamente esa figura mítica llamada también el Alma del Mundo, la que atrae poderosamente nuestra atención al compararla con la figura más universal del siglo XX: Mahatma Gandhi.

Mahatma Gandhi es entonces la encarnación del Mahatma, el Alma del Mundo, aquel que conociendo el designio de los eventos futuros se entrega al mundo para ofrecer la salvación por medio del espíritu del Satiagraha, compuesto por la Ahimsa, no-violencia; la Aparigraha,  no-posesión y el Samhaha, igualdad o constancia.

Pero el mundo no quiso escucharle... y por eso, aquí nos encontramos.... esperando angustiados el final de los tiempos... ¿o tal vez aún tengamos tiempo de escuchar su cálida voz...?

<< Así como no podemos mirar el Sol, ni ver a Dios cara a cara sin morir, tampoco podemos en el mundo de las apariencias realizar en la acción un solo absoluto. El Amor mismo a la Verdad me ha enseñado la belleza del compromiso. [Ana Fraga; Mahatma Gandhi] >>

   

 Manu:         

 Ver también:   Regente Avatar, Asuras, Kabirim        

Un nuevo Manu rige hoy los destinos del planeta, encarnando en él un nuevo Logos Planetario. Los Manus, o Demiurgos Planetarios que son generados por el Rayo Séptuple emanado a través del Regente Solar, son fuerzas directoras de los mundos, que en sí mismas no son buenas ni malas, sino el origen del Bien y del Mal, el cual asumen a través de los aspectos diferenciados de la Naturaleza.

El hombre, al igual que toda materia existente en este sistema solar, es el producto de los Tres Fuegos actuando sobre los Cuatro Elementos; los tres fuegos básicos que forman al hombre son el Fuego por Fricción, el Fuego Eléctrico o Solar y el Fuego Cósmico.

Estos tres fuegos son fuerzas conductoras de la vida que los anima y que a su vez, la plasman en los cuatro elementos; Tierra, Agua, Fuego y Aire, que son en sí mismos, los principios que cualifican la sustancia que forma los distintos niveles densos o sutiles de los cuerpos humanos. Los fuegos constituyen la nota sobre la cual el Logos Regente plasma su obra a través de los Manus y de los Pitris o Devas, construyendo los hilos que unen a los distintos cuerpos humanos.
El Fuego por Fricción prevalece en los cuerpos Etérico-físico, Astral y Mental, mientras que el Fuego Eléctrico prevalece en el cuerpo del Alma y el Cuerpo de Luz; finalmente la Mónada y el Regente Avatar trabajan con el fuego cósmico.

Los “Creadores” de la Quinta Raza humana o Manus, fueron los “Dioses aprisionados en la materia” y,  por tanto, ellos eran en realidad los Asuras “Caídos” .

Todo esto podemos leerlo si buscamos entre los clásicos con atención, así Beroso nos habla de Titaea Magna que fue más tarde llamada Aretia por los egipcios y hebreos (Artes y Arets) y Rhea por los griegos. Rhea e Idâ son las diosas que presidían la Tierra y fueron llamadas las Madres de los Manus o Manes, los Titanes-Kabiri de la Quinta Raza Raíz.

 

Titaea-Aretia era adorada en la antigüedad como Horchia, la Diosa de la Tierra:

<< Sicanus deificavit Aretiam, et nominavit eam linguà Janigenà Horchiam [Beroso; Antiguedad] >>

   

Manvantara: (Mahâyuga)         

Ver también:          Kalpa        

El Manvantara es el vasto período de manifestación de un universo, equivalente a un Día de Brahmâ, al que le sigue la Noche de Brahmâ o Pralaya, que es el período de disolución en el que reposan los arquetipos de todos los elementos manifestados en el Manvantara que finaliza, para así, permitir la creación de otros nuevos universos en el siguiente ciclo mayor o Mahâyuga.

En el Bhagavad Gîtâ podemos encontrar a Krishna definiendo el sentido de un Manvantara con estas significativas palabras:

<< En incesante vaivén emanan los mundos de Brahma y a Brahma vuelven, ¡Oh Arjuna!; pero el que á Mi llega, ¡Oh Kaunteya!, no renace jamás.

Quienes saben que el día de Brahma dura mil edades y la noche otras mil, ellos conocen el día y la noche.

Al apuntar el día todo lo manifestado surge de lo inmanifestado y al llegar la noche todo se absorbe en lo inmanifestado.

Esta muchedumbre de seres repetidamente producida, se disuelve al llegar la noche, y por divina ordenación surge de nuevo, ¡Oh Pârtha!, al apuntar el día. [Annie Besant; Bhagavad Gîtâ] >>

 

El Manvantara no puede ser considerado como un período cósmico sujeto al azar o al desarrollo esporádico de oscuras y ciegas fuerzas físicas, sino a un proceso perfectamente planificado y orquestado por magnas entidades denominadas los Rishis (sabios) por los Vedas, y así es como nos lo cuenta el Atharva Veda:

<< El Tiempo nos lleva adelante; corcel con siete rayos, mil ojos, infatigable, lleno de fecundidad. Sobre él montan los sabios inteligentes; sus ruedas son todos los mundos.

Así el Tiempo marcha sobre siete ruedas; tiene siete naves; la inmortalidad es su eje. El es ahora todos estos mundos. El Tiempo apresura hacia adelante al primer Dios.

El Tiempo contiene un recipiente lleno. Lo vemos existiendo en muchas formas. El es todos estos mundos en el futuro. Ellos le llaman "el Tiempo en los más elevados Cielos". [ Dr. Muir; Atharva Veda] >>

 

 Mash-mak:         

Ver también:        Brill;  Ono-Zone

Kapila, es el fabuloso señor que según el Astra Vidya, reduciría a cenizas a diez mil hombres y sus elefantes desde su Agni-ratha. Sin embargo, él no fue sino el primer “superhombre”, que utilizó los poderes destructivos de la depravada energía que los Atlantes llamaban Mash-mak, que no es más que la antítesis o forma desvirtuada de la universal energía Brill o forma material de la omnipotente energía Ono-Zone.

Pero la energía Brill no tiene nada en común con su hermanastra, la depravada energía Mash-mak de los Atlantes. Los “superhombres” de la clase sacerdotal de la Cuarta Raza Raíz, habían comprendido que el sonido, lo mismo que el olor, es una sustancia real que emana de un cuerpo, y que siendo producida por percusión, en el caso del sonido, genera la expulsión al exterior de corpúsculos absolutos de partículas interatómicas de materia que reducen la masa del cuerpo emisor.  La sustancia que es así diseminada es una parte de la masa agitada,  que si es mantenida en esta agitación pasa a través de la atmósfera a un punto elevado de vibración resonante del mismo nivel energético del cuerpo que le dio origen.

Esto es precisamente lo que nos dice John Worrell Keely, de Filadelfia, el extraño inventor de máquinas misteriosas que únicamente él podía manejar:

<< Yo afirmo que el sonido, lo mismo que el olor, es una substancia real de tenuidad maravillosa desconocida, la cual emana de un Cuerpo, producida por percusión y lanzando al exterior corpúsculos absolutos de materia, partículas interatómicas, dotadas de una velocidad de 1.120 pies por segundo; en el vacío, 20.000. La substancia que es así diseminada, es una parte de la masa agitada, y si se mantiene en esta agitación continuamente, sería en el transcurso de cierto ciclo de tiempo, completamente absorbida por la atmósfera; o, más bien, pasaría a través de la atmósfera a un punto elevado de tenuidad correspondiente a la clase de subdivisión que preside su desprendimiento del Cuerpo que le dio origen... Los sonidos de los diapasones vibratorios, producidos de modo que originen acordes etéricos, mientras que por una parte difunden sus tonos (compuestos), compenetran por otra a todas las substancias que se hallan dentro del límite de su bombardeo atómico. Al tocar una campana en el vacío se pone en libertad a estos átomos con la misma velocidad y volumen que al aire libre; si la agitación de la campana se sostuviese de un modo continuo durante algunos millones de siglos, la materia de que estuviese compuesta volvería por completo a su ser primitivo. [Bloomfield-Moore; Keely’s Secrets] >>

 

El sonido es pues el Verbo Creador que transmite la sustancia a través de los espacios dimensionales, y, por tanto, puede hacer también que la sustancia material se desintegre por impacto o trasmigración.  Éste fue pues, el triste uso que los  “superhombres” de la Raza Atlante hicieron de ella.

 

Matih-Apaneya: (Mesmerismo) (Hipnotismo)    

Ver también:    Aj       

El  Matih-Apaneya era un protocolo muy estricto que todo iniciado desde su primera lección debía aprender y aplicar con suma pulcritud. El derecho a la intimidad de la mente es un derecho sagrado que todo ser sin distinción de grado debe aplicar.
En el mecanismo de transmisión del pensamiento cada interlocutor debe proyectar sus diálogos sobre una parte de su mente  que está abierta a la comunicación pública, reservando sus pensamientos íntimos a otra parte perfectamente resguardada y a salvo de intrusiones. Los primeros años de instrucción de todo iniciado son dedicados con esmero a controlar y afianzar el manejo de dicho protocolo, tanto en el respeto y práctica, como en la detección y defensa en caso contrario, pues una de las lacras sociales de la humanidad de superficie es la práctica de la magia negra en una de sus peores facetas, la misma que los humanos conocen como Mesmerismo o Hipnotismo. Las fuerzas involutivas no dudan jamás en usar dichas prácticas, siempre y cuando cuenten con alguien tan débil o desprevenido como para permitírselo. El  Matih-Apaneya, es un protocolo muy estricto que implica que bajo ningún concepto un ser puede entrar en el núcleo mental-espiritual o subconsciente de otro ser sin su autorización.

 

 Mâyâ:        (Maya)       

Ver también:      Móloc    

El universo manifestado, así como los seres y objetos existentes en él, son imágenes, simples proyecciones sin existencia propia. Por eso la consciencia se engaña cuando se identifica con las imágenes reflejadas en el mundo de  Mâyâ y del deseo o Móloc.

El mismo Krishna nos clarifica en el Bhagavad Gîtâ, estas mismas ideas dirigidas a aleccionar al intrépido Arjuna:

<< Por la ilusión de los pares de opuestos, ¡oh Bhârata!, que brota de la atracción y repulsión, toda criatura peregrina por el universo enteramente alucinada. Pero aquellos hombres de acción pura en quienes se extinguió el pecado, libres de la ilusión de los pares de opuestos, me adoran constantes en su devoción. [Annie Besant; Bhagavad Gîtâ] >>

 

 Mérou:   (Meru)      

Ver también:  Omphalos          

El Monte Mérou ha constituido uno de los misterios más extendidos de toda la antigüedad, y la referencia a dicho monte la encontramos en casi todas las religiones y culturas antiguas. En el Vendidâd se le conoce como Airyana Vaêjô, en los Puranas es conocido como Shveta Dvipa, en los Vedas es el Monte Meru, la Mansión de Vishnú; en la Biblia, en las tradiciones helenísticas y en multitud de culturas ancestrales existen claras referencias a este peculiar monte donde habitan las divinidades...

¿Dónde está situado tan peculiar “monte”? Obviamente, si atendiésemos a todas las tradiciones antiguas conocidas, deberían de existir multitud de localizaciones distintas... ¿O no...? Pues... Sí y... no. Vallamos por partes...

El ocultismo señala a la cordillera del Himalaya como el “ombligo” del Mundo, y sitúa las raíces del monte Meru, la montaña fabulosa en el centro de la tierra,  al norte de dicha cordillera, al tiempo que también los sitúa en el Polo Norte...

El monte Meru, según los libros arcanos, esta ubicado “en la comarca central que nunca perece”, la región donde el día del mortal dura seis meses y la noche otros seis. Según queda expresado en las enigmáticas palabras del Vishnú Purâna:

<< Para el Norte del Meru existe por tanto siempre la noche, mientras es de día en otras regiones, pues el Meru está al Norte de todos los Dvîpas y Varshas (islas y países). [Wilson; Vishnu Purâna] >>

 

Pero estas supuestamente “absurdas” indicaciones no paran ahí, sino que aumentan en complejidad....

 En el Sûrya Siddhânta se dice que Meru está en un “lugar sin latitud”(Niraksha), donde se encuentra la Mansión de los Dioses. Sobre ellas marcha el Sol cuando está situado sobre los equinoccios; no tiene sombra equinoccial ni elevación del polo (Akshonnati). En ambas direcciones sobre el Meru hay dos estrellas polares (Dhruvatârâ), fijas en medio del firmamento para los que están situados en lugares sin longitud (Niraksha), las dos tienen su sitio en el horizonte.

Tamaña cantidad de despropósitos no puede mover al científico actual más que a la risa o a la pena acerca de la “ignorancia” de los antiguos... Pero... ¿Por qué se empeñan los ocultistas en seguir rizando el rizo...?  ¡Y para colmo está esa Blavatsky dando vueltas a lo mismo!:

<< Meru, la Mansión de los Dioses, como se ha explicado antes, era colocado en el Polo Norte, mientras que Pâtâla, la Región. Inferior, se suponía que se encontraba hacia el Sur. Como cada símbolo en la Filosofía Esotérica tiene siete claves, Meru y Pâtâla tienen, geográficamente, un significado y representan localidades, mientras que, astronómicamente, tienen otro y representan los "dos polos"; cuyo último significado ha inducido a que muchas veces se les haya interpretado en el sectarismo exotérico como la "Montaña" y el "Abismo" , o el Cielo y el Infierno. Si nos concretamos por ahora al significado astronómico y al geográfico, se verá que los Antiguos conocían la topografía y naturaleza de las regiones Ártica y Antártica mejor que ninguno de nuestros Astrónomos modernos. Ellos tenían buenas razones para llamar al uno la "Montaña" y al otro el "Abismo". Como lo explica. a medias el autor antes citado, Helion y Acheron significaban casi lo mismo. "Heli-on es el Sol en su mayor altura ", Heli-os o Eli-os significa el "más elevado", y Acheron está a 32 grados sobre el Polo y 32 debajo, suponiéndose por esto que el río alegórico toca el horizonte Norte a los 32 grados de latitud. La vasta hondonada, para siempre oculta a nuestra vista, que rodeaba el Polo Sur, fue llamada por los primeros Astrónomos el Abismo, al paso que observando, hacia el Polo Norte; que siempre aparecía sobre el horizonte cierto circuito en el cielo, lo llamaron la Montaña. Como el Meru es la mansión elevada de los Dioses, se decía de éstos que ascendían y descendían periódicamente; con lo cual significaban (astronómicamente) los Dioses Zodiacales, el paso del Polo Norte original de la Tierra al Polo Sur del Cielo. [ H. P. Blavatsky, La Doctrina Secreta Vol. III ] >>

 

Toda esta palabrería terminaría poniendo los pelos de punta al más pintado, con sus enigmáticas referencias teológicas y todo eso... Pero ¿Y si estas descripciones no fuesen únicamente imaginarias?  ¿Y si pudiese existir un lugar físico en la tierra que cumpliese todas esas condiciones...?

Para empezar... ¿Por qué el monte Meru tiene que ser un “monte”? ¿Por qué no puede ser un vórtice magnético en la corteza terrestre? Es decir... ¡un agujero gigantesco en la misma corteza!.

Imaginemos por un instante que nos acercamos a uno de esos agujeros gigantes descritos por William Reed y Marshall B. Gardner en los polos terrestres, esos que estarían permanentemente cubiertos por tormentas de nieve y fuertes vientos producidos por la permanente tormenta magnética polar. Imaginemos que penetramos en ese extraño  agujero que sería de hecho un “lugar sin latitud”(Niraksha), y que obviamente daría la sensación de subir una montaña y no de bajar a una sima, dada la inmensa magnitud de la misma y el efecto de la fuerza de gravedad radial en las paredes del inmenso abismo. Pero lo más curioso es que una vez dentro... ¡no veríamos más el Sol! Sino, dos extrañas estrellas opuestas en el horizonte, una, la Estrella Polar y la otra el Sol Central Planetario. Lo que concuerda exactamente con la descripción del Sûrya Siddhânta y también con la del Vishnu Purâna cuando dice que: ‘Para el Norte del Meru existe por tanto siempre la noche, mientras es de día en otras regiones...’

Pero aún existen otros misterios por desvelar, como por ejemplo: ¿Porqué se dice que Meru está ubicado en la cordillera del Himalaya y al mismo tiempo en el Polo Norte...? ¿Porqué se habla que ‘sobre esas regiones marcha el Sol cuando está situado sobre los equinoccios y no tienen sombra equinoccial ni elevación del polo (Akshonnati)? Por no hablar del galimatías de los ‘32 grados sobre el Polo y 32 debajo’...

Para contestar estas preguntas debemos recurrir a la teoría esotérica de los “diez vórtices o túneles magnéticos”, dos serían los polos Norte y Sur, y los otros ocho, cuatro vórtices en el Hemisferio Norte y otros cuatro en el Sur, que estarían situados a una latitud de 36 grados y con una deriva de 72 grados cada uno. Todos ellos situados en parajes de lo más enigmático como: El Triángulo de las Bermudas; la Costa de la Península Ibérica y Marruecos; Area de Afganistán (cordillera del Himalaya); Mar del Diablo, etc...

Estas hipótesis darían lugar a la existencia implícita de ¡Doce Montes Meru! Y no solamente uno, los cuales podrían cumplir las estrambóticas exigencias definidas para un mismo concepto, el de presentarse como vórtices magnético-físicos y no simplemente montañas...

Y qué decir tiene el simbolismo de Helion y Acheron, o Meru y Pâtâla; y el río místico que los une... ¿O no es tan místico ese río...?

Si sacamos del baúl de los recuerdos los escritos de nuestro amigo alquimista del siglo XVI, El Cosmopolita; podremos observar unos enigmáticos párrafos que nos hablan de “cierto río que circula entre el Polo Norte y el Sur” moviendo las aguas de un hemisferio al otro...

<< Volvamos a nuestro propósito sobre el curso de las aguas y el flujo y reflujo de la mar, y mostremos cómo pasan por el eje polar para ir de uno a otro Polo. Hay dos Polos, uno Ártico, que está en la parte superior septentrional, y otro Antártico, que está bajo la Tierra en la parte meridional. El Polo Ártico tiene una fuerza magnética para atraer y el Polo Antártico una fuerza de imán para repeler; lo que la Naturaleza nos ha dado por ejemplo en el imán. El Polo Ártico atrae pues, las aguas por el eje, las cuales, habiendo entrado, salen de nuevo por el eje del Polo Antártico. y como el aire que las comprime no les permite correr con desigualdad, están de nuevo obligadas a volver al Polo Ártico, que es su centro, y a conservar continuamente su curso de esta manera: ruedan sin cesar sobre el eje del mundo desde el Polo Ártico al Antártico, se expanden por los poros de la Tierra, y según la grandeza o pequeñez de su curso, hacen nacer grandes o pequeñas fuentes, que después se reúnen entre sí, crecen en ríos y vuelven de nuevo a lugar de donde habían salido. Lo que se hace incesantemente por el movimiento universal. [El Cosmopolita; Nueva Luz Alquímica o Los doce tratados del Cosmopolita] >>

 

Para mondarse de risa.... ¿O no...? ¡Sí, sí! Pero... El caso es que hay tres caballeros americanos del siglo XX que dicen más o menos lo mismo, tal y como lo describe el Dr. Raymond Bernard en su libro The Hollow Earth:

 << William Reed dice que el tirón gravitatorio es más fuerte sobre la mitad de la longitud, justo en el borde del vórtice alrededor de la curva que lleva al interior de la Tierra, en cuya corteza se situaría el centro de gravedad. La gravedad es allí tan fuerte que el agua salada y el agua dulce de los iceberg (qué, como nosotros veremos a continuación, vienen del interior de la Tierra) permanecen sin mezcla, manteniéndose las capas de agua de sal unos pies debajo del agua dulce. Esto permite a uno obtener agua bebiéndola fresca del Océano Ártico. Pero ¿cómo puede encontrarse agua fresca en el extremo norte, donde sólo debería haber agua salada del océano?, y ¿cómo pueden los iceberg formarse de agua fresca, y no el agua de sal? La única explicación, como Reed y Gardner señalan es que; esta agua fresca viene de ríos que se formaron en el interior más caluroso de la Tierra, y que, después de alcanzan la superficie más fría, se hielan de repente y se convierten en iceberg, que precipitándose al exterior, al entrar en contacto con el mar producen un extraño efecto de olas de hielo que los exploradores de Ártico han observado en el norte lejano, y qué los ha confundido siempre. 

Ambos, Reed y Gardner, asumen que la temperatura dentro del la tierra es mucho más uniforme que por fuera, siendo más calurosa en invierno y fresca en verano. Hay también una lluvia adecuada al desarrollo vegetal, mucho más favorable que en la superficie, pero nunca tan fría como para nevar. Es un clima ideal del tipo subtropical que está libre del calor opresivo de los trópicos tanto como del tiempo frío de la zona templada.

Ellos también afirman que la apertura polar norte es más grande que la sur, y dicen que allí existe una “Tierra de Paraíso” en el otro lado de la Gran Barrera del Hielo, que debe pasarse antes de que uno pueda alcanza un clima más caluroso. Esta tierra queda más allá del polo magnético, y constituye la extraña región sobre la que el Almirante Byrd voló.

Alrededor de la curva de la apertura polar existe otro anillo de hielo, que se denomina:

La Gran Barrera de Hielo. Aquí es donde los iceberg se originan. Cada invierno, este anillo de hielo se forma de agua fresca que fluye desde dentro de la Tierra. Durante los meses de invierno, billones de litros de ese agua, viniendo de los ríos, que corren por dentro de la Tierra van fluyendo hacia el exterior a través de la apertura polar, y se hielan en su boca y formando montañas compuestas de hielo de agua dulce, cuya mera presencia en esta región sería inexplicable si la Tierra fuera una esfera sólida.

En tiempo de verano, los grandes icebergs, de varias millas de largo, se rompen y flotan a la deriva por el exterior de la Tierra. El misterio de que estos icebergs estén compuestos de agua dulce, cuando allí sólo podrían provenir del agua salina existente en los polos, no se explica a menos que el agua fresca de la que estos icebergs están compuestos deba venir del interior del planeta. [Dr. Raymond Bernard; The Hollow Earth] >>

 

 MIHAel:     (Miguel) (Michael) (Cristo)

Ver también:     Ishva-Ra;  Ialdabaoth; Kumâra; Samâna      

MIHAel, es el Hijo Creador, aquel que representa la Función Central de las Potencias del Verbo, también llamadas los ALHIM. Así Mihael estaba investido con toda su magnificencia en su Cuerpo de Acción; cuando reflejándose en la figura que los humanos conocieron como Gabriel o Ishva-Ra se acercó por primera vez a este mundo.

En su segunda aproximación a este mundo como Hijo Creador, Él se involucró de lleno en la redención de este planeta de una forma que muy difícilmente puede ser imaginada por la limitada mente humana, solo el corazón es capaz de intuir la grandeza de semejante sacrificio.

Únicamente los seres más elevados conocen los misterios de la Gran Dualidad en la que Ialdabaoth es presentado igual a Mihael, cuando se dice que Tselem (la Imagen), refleja igualmente a  Mihael y a Ialdabaoth. Ambos proceden de  Rouah (el Espíritu), Neshamah (el Alma) y Nephesh (la Vida).

Mihael, es la Sabiduría Superior e Ialdabaoth, es la Sabiduría Oculta. Pero ambas sabidurías divergen en un punto, pues mientras que Mihael, es influido por Neshamah (el Alma); Ialdabaoth, permanece no influido o estático; generando así, la inmovilidad en el movimiento pendular de la Luz Viva. Mihael, el Hijo Creador, es el Gran Kumâra virgen. Él es el Guha, el Misterioso, el Jefe de los Siete Rishis de las Pléyades, el espíritu que habita en Vishnú, el Vittoba hindú que padece en la cruz del universo material o Maya y en el que las marcas de su pasión son visibles y veneradas por sus adeptos. Él es Nârada, el que rehusando procrear, y conduce a los hombres para que se conviertan en Dioses, es la Faz del Dios Oculto, el que carga sobre sus hombros el pecado del mundo para redimir la materia. Él es Sanat, el Anciano, el Príncipe del Khum, el Agua del Espacio, el  Sanat Kumâra solar, el Jefe de los Siete Kumâra que conducen a este sistema solar en su camino ascendente. Él es el Ophis, la Sabiduría Divina o Christos, aquél que carga sobre sus hombros las faltas y omisiones de sus criaturas y cubre los huecos en las filas de sus legiones. Él, siendo el Primero, se muestra como el Último, como la más desvalida de sus criaturas, y acepta con humildad lo que otros desprecian con suficiencia. Así el Macroprosopo no puede penetrar en el  Microprosopo, sino es a través de sus criaturas. La Fuente no llega al Mar sino es siguiendo el curso tempestuoso de los cauces. La Luz debe reflejarse en los espejos para penetrar en las más recónditas e insondables tinieblas… Y así, el Regente Avatar del universo local se proyectó sobre la más excelsa Mónada solar, y ésta a su vez sobre el alma humana más desarrollada. Jesús de Nazareth nació como encarnación directa del humano de superficie más evolucionado hasta el momento, Jeshu Ben Pandira. El hijo predilecto de Melki-Tsedek, el Brâhatmah, el representante vivo del Logoi terrestre. Él es, además, el heredero por derecho propio del Hierofante de Tres Cabezas (Zarathushtra-Hermes-Abraham). Y la encarnación viviente de la Ley de Moisés.

Cuando una entidad macrocósmica excelsa como  Mihael, debe de encarnar directamente en el microcosmos material y no a través de uno de sus cuerpos de acción, como se dio en éste planeta en Ishva-Ra o Krishna. Se tiene que producir un efecto conocido como transmutación Monádica, que es la sustitución de la fuente energética del cuerpo de luz y del cuerpo fenoménico de una Mónada a otra. Esta trasmutación se puede dar también en los Logoi planetarios e incluso entre los Logoi regentes de los universos locales.
Cristo fue llevado a la cruz ante el desdén del pueblo que lo había aclamado días antes, ante la vergonzosa ausencia de sus discípulos, ante el odio feroz de los seres oscuros que intrigaron contra Él, y ante la vergüenza infinita de una raza decadente y de un planeta desolado.
Pero Él en cambio, resucitando al tercer día en su cuerpo de gloria  bendice a este planeta y a esta raza, de una forma tan rotunda que ninguna duda ensombrece ya el futuro del mismo. Mihael, es el magnífico sustituto de un huidizo y megalomaníaco Ialdabaoth, el cual era en realidad el creador de este sistema y el auténtico Rey Profeta del que hablaba David, y al que esperaba con ansiedad el pueblo judío. Y, por tanto, el perfil divido y humano del Cristo no se ajustaba adecuadamente a las expectativas de la humanidad de superficie que lo esperaba.

Tal y como lo recoge la Biblia, y se muestra en el Evangelio de San Juan, Jesús da las claves de la paternidad genealógica de los habitantes de este planeta:

<< Vosotros tenéis por padre al diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad. porque la verdad no estaba en él. Cuando habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque él es mentiroso y padre de la mentira. Pero a mi, porque os digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo la verdad, ¿porqué no me creéis? El que es de Dios oye las palabras de Dios; por eso vosotros no las oís, porque no sois de Dios. [La Biblia; San Juan, 8, 44-46] >>

 

A pesar de todo, ésta humanidad huérfana fue agasajada con el mejor y mayor regalo que un universo local pueda esperar: La visita personal e íntima de su máximo creador. Podemos obtener una visión global de este sublime acto con la siguiente narración extraída del libro de J.J. Benítez; La Rebelión de Lucifer:

<< Este Cristo-Micael, creador de Nebadon, ha proporcionado un ejemplo inigualable a todas las criaturas que pueblan dicho universo local. En su séptima y última efusión (la registrada precisamente en nuestro planeta), este Hijo Creador adquirió la experiencia completa como Hijo del Hombre, tomando a continuación, con pleno derecho, el papel y título de Hijo de Dios, Soberano Supremo del universo local que había creado y del que sólo era vicegerente antes de haber sufrido físicamente, las mismas experiencias que los seres mortales que El había creado. Tú sabes que muchas personas han considerado a Jesús de Nazaret sólo como un hombre. Otros, en cambio, lo califican única y exclusivamente como Dios. La verdad es que Él «fusionó» estas dos naturalezas en una sola, a su paso por IURANCHA. Hoy, Cristo-Micael es el Soberano Supremo e indiscutido de Nebadon. De un lado, porque ha sido confirmado en esta séptima efusión por Dios. Por otra parte, porque todas las criaturas de Nebadon dignas de sobrevivir le obedecen y sirven voluntariamente, por amor a Él y a causa de su maravillosa e inspiradora forma de pasar las pruebas más duras que pueda sufrir un ser encarnado... [J.J. Benítez; La Rebelión de Lucifer] >>

 

 Miz_Tli_Tlan:         

Ver también:        Shamballa;  Agarttha; Arios.

Miz Tli Tlan es el centro planetario actualmente regente en este planeta, en lengua Irdin significa: ‘los Hombres Sabios’ y es el heredero de todas las tareas planetarias anteriormente desarrolladas en  Shamballa.

Shamballah extendió su influencia hasta la Quinta Subraza Aria o raza humana actual, y ella finalizó con la culminación del ciclo de Ram. En la fecha humana marcada como el 8-8-1988, se comenzó un nuevo ciclo solar y galáctico  que ha acarreado unos cambios sutiles gigantescos a escala cósmica, pero que como de costumbre han pasado totalmente desapercibido para la raza humana de superficie. Como consecuencia de esos cambios Shamballah, ha dejado de representar el papel de Centro Planetario Regente, papel que hora juega el núcleo intraterreno de Miz Tli Tlan, situado en la región intraterrena que corresponde en su localización opuesta, al exterior del planeta, con una región de los Andes Peruanos. La Isla Sagrada surgió contando con estímulos de Venus, cuya influencia fue determinante para ciertos progresos en la Tierra. La función principal de Shamballah como centro regente fue la de estimular el desarrollo mental en el reino humano. Shamballah o Agarttha, como la conocen actualmente, preparó a seres que hoy son capaces de percibir y contactar conscientemente las realidades y las civilizaciones suprafísicas que en este momento ayudan a la civilización humana de superficie. Y así, la Quinta Raza Raíz humana  llegó al final de su ciclo de manifestación. El 8 de Agosto de 1988.

El Brâhatmah, el Ser de Compasión, cerró finalmente el ciclo que el Centro Regente de Shamballah tenía asignado para la realización de la tarea universal adjudicada a este humilde planeta. Siendo la fuente de energía de esta entidad transmigrada a otros planos del universo. El ser que constituyó el núcleo Logoico del planeta y el poder supremo de su Jerarquía, inició al igual que el planeta un nuevo ciclo evolutivo, pero ésta vez separado de su cuerpo físico planetario.
No obstante, un nuevo ser fue trasmigrado para adoptar el control del planeta y la carga de la conducción evolutiva del mismo. Amuna Khur, es hoy el Regente Planetario, el Logoi, Oeaohoo, el Joven Eterno; el Melki-Tsedek,  el ser que controla a las razas humanas del planeta y que lo hará hasta que los seres humanos transciendan la Ley de la Purificación, y una nueva raza. La Sexta Raza Raíz, se halla desarrollado completamente sobre la faz de éste planeta. Pero no solamente se desplazó el núcleo energético que regentaba el planeta, sino que el cambio afectó también a toda la estructura sutil del mismo. La energía que había transmitido Shamballah, desde su localización intraterrena en la vertical con la región exterior del planeta comprendida entre los Himalayas y el desierto del Gobi, se trasladó a la ciudad de Miz Tli Tlan, situada en la contraparte intraterrena del cono sur de Hispanoamérica. El nuevo centro planetario despertó al nuevo ciclo, junto con otros núcleos intraterrenos que forman la nueva regencia planetaria. Los seres que componían las jerarquías y consciencias de  Shamballah, gradualmente ocuparon otras actividades en las recién despertadas ‘Ciudades de la Luz’, para ayudar y monitorizar las ingentes tareas que la transición planetaria requiere y requerirá en un futuro cercano. La transición planetaria despierta algunos núcleos sutiles y desactiva otros, así la energía radiante de Shamballah, de signo masculino es transmutada a la de los espejos de Miz Tli Tlan, de signo energético eminentemente femenino. La transición culminará con el cambio del eje planetario terrestre y el consecuente reordenamiento de las estructuras físicas y sutiles de la superficie exterior del planeta.

Así nos lo describe Trigueirinho Neto en su visión cosmogónica del planeta:

<< Miz Tli Tlan es el mayor Espejo activo de la Tierra; su nombre, en Irdin, significa "hombres sabios". Capta el propósito divino para la Tierra y es el centro intraterreno más potente en manifestación en el planeta. Hasta el momento no se proyectó en el plano físico, pero puede ser contactado en los planos internos de vida por quienes se preparan para ingresar en la vibración de su aura. Recibe y transmite los impulsos emanados de aquello que esotéricamente se llama corazón del Sol, impulsos que aseguran la continuación de la existencia en la Tierra según parámetros evolutivos superiores. El Logos planetario hace converger sus energías en el interior de Miz Tli Tlan por intermedio de Amuna Khur, el Señor del Mundo. Partiendo de Miz Tli Tlan, ellas se esparcen por todo el planeta. [José Trigueirinho Neto; Léxico Esotérico] >>

   

 Moisés:     (MeShIaH);  (MOShIWo)        

Ver también:     Adonai; Jehovah; Ab-bâ      

Moisés era, por su rango y posición en la jerarquía egipcia, un alto iniciado ofita, que conocía perfectamente los ritos de Amón-Jehová y participaba en los ritos iniciáticos de elevación del Kundalini. Él sabía qué grande era el poder de aquellos dioses de Egipto, pues él mismo era un experimentado iniciado entrenado en sus ritos más secretos. Pero un buen día su vida cambió totalmente y se vio rechazado y desterrado al desierto por los mismo Dioses a los que había adorado.
Moisés fue recogido por Jetró, su futuro suegro, al que la misma Biblia le  identifica como “sacerdote de Madián”. “Madían” no era únicamente una localización geográfica, como se da a entender,  sino también, un Dios, el mismo Dios de Zarathushtra: Ahura Mazda o Adonai. Jetró, inició a Moisés en los ritos solares y de búsqueda de la realidad interior acercándole a su Yo interno o Mónada.
Un día Jetró consideró que  Moisés estaba listo para su rito de iniciación solar y se lo llevó al desierto. Tal y como reza hoy en la Biblia:
<< Apacentaba Moisés el ganado de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Llevóle (éste) un día mas allá del desierto; y llegado al monte de Dios, Horeb, se le apareció el ángel de Yavé (Elohí) en llama de fuego de en medio de una zarza. Veía Moisés que la zarza ardía y no se consumía, y se dijo: ‘Voy a ver que gran visión es ésta y porqué no se consume la zarza’. Vio Yavé (Elohí) que se acercaba para mirar y le llamó de en medio de la zarza... ‘Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob’... ‘He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto y he oído sus clamores’... ‘Ve pues; yo te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los hijos de Israel de Egipto’.
Moisés le dijo a Dios: ‘Pero si voy a los hijos de Israel y les digo: El Dios de vuestros padres me envía a vosotros, y me preguntan cuál es su nombre, ¿qué voy a responderles?’. Y Dios dijo a Moisés: ‘YO SOY EL QUE SOY’. Así responderás a los hijos de Israel: YO SOY me manda a vosotros. [La Biblia; Éxodo 3] >>


Realmente “YO SOY” (hyx'), es el Regente Avatar de Moisés coligado con el Logoi Planetario Solar, pues la zarza ardiendo es la misma Mónada de Moisés, la cual no dejará de darle las indicaciones oportunas para el buen fin de su misión. Y así, al igual que Ahura Mazda habla por boca de Zarathushtra, Adonai, habla por boca de Moisés a su pueblo.
Pero  al mismo tiempo se establece una lucha encubierta entre los seguidores de Elohí y  los de Amón-Jehová, quién trata de engañar a Moisés en varias ocasiones. Así “el Dios celoso” se presenta a Moisés en muy diversas ocasiones como aparece reflejado en la Biblia:
<<... Porque yo soy Yavé (Jehová), tu Dios, un Dios celoso, que castiga en los hijos las iniquidades de los padres hasta la tercera y cuarta generación… [La Biblia; Éxodo 20 5-6] >>


Moisés y su pueblo, o mejor dicho, los Levitas, mantendrían siempre una lucha soterrada que duraría hasta la muerte de Moisés; ésta fue pues, la auténtica maldición que Yavé (Jehová) impuso a Moisés por su obstinada resistencia a reconocerle como Dios absoluto de Israel.
La gran lucha entre la Magia Blanca y la Negra, entre Moisés y los Levitas, se manifiesta en la Biblia en el pasaje de la Serpiente de Bronce:
<< Partiéronse del monte Or en dirección al mar Rojo, rodeando la tierra de Edom; y el pueblo, impaciente, murmuraba por el camino contra Dios y contra Moisés, diciendo: ‘¿Por qué nos habéis sacado de Egipto a morir en este desierto? ;  no hay pan ni agua, y estamos ya cansados de tan ligero manjar como éste (el Maná)’.
Mandó entonces Yavé (Jehová) contra el pueblo serpientes venenosas que los mordían y murió mucha gente de Israel. El pueblo fue entonces a Moisés y le dijo: ‘Hemos pecado murmurando contra ti; pide a Yavé (Elohí) que aleje de nosotros las serpientes’. Moisés intercedió por el pueblo y  Yavé (Elohí) dijo a Moisés: ‘Hazte una serpiente de bronce y ponla sobre un asta; y cuantos mordidos la miren, sanarán’ [La Biblia; Números 21 4-9] >>


Según la Kabalah, el número correspondiente al nombre de Moisés (hHm) es 345 y el de Jehovah (hwhy) es 543, así pues, Moisés es cabalísticamente la Faz contraria de Jehovah, y la suma de ambas, el número 888 es el número atribuido a Mihael (l'hym) y también el número gnóstico cabalístico de Jesús o Joshua ('hsy).

Otra versión más oculta de la figura de Moisés, en la cual éste se muestra como el ‘liberador del yugo de la materia’, nos la brinda el Marqués Saint-Yves D’Alveydre en su obra El Arqueometro:

<< BWâL, El Sol que es el RASh (marido), de la Luna o AïShaH, así el MeShIaH es el RASh del Ha-Kahalah, el estado social, y a su vez el MOShIWo, el liberador del yugo de la materia, que se situará por encima del HaGO o estado administrativo. [Saint-Yves D’Alveydre; El Arqueometro] >>

 

 Móloc:    (Eros) (Malach)          

Ver también: Mâyâ

Móloc es el deseo o voluntad consciente que se manifiesta en el mundo de  Mâyâ.

Móloc en la tragedia griega se manifiesta por el deseo o afecto vehemente que Eros despliega a partir de sus sentidos físicos desarrollando un abstracto anhelo por la Naturaleza encaminado al ciego instinto de procreación.

Los hebreos conocían el deseo material con el nombre de Malach, o Malech que era sinónimo de Móloc, y que significaba ‘El Rey’ pero en un sentido de poder material que en definitiva estaba regido por el propio deseo de poder y riquezas en el mundo puramente físico y que se asimilaba a la deidad del planeta Saturno, Jehovah, y también al dios Seb de los egipcios.

Posteriormente los Yezidis, los ‘Adoradores del Demonio’, daban culto a Muluk Taoos, el “Señor Pavo Real”, emblema del orgullo y de la ‘Inteligencia de Cien Ojos’; que fue expulsado del cielo junto con Satán, según las tradiciones orientales más antiguas.

   

 Mónada:   

Ver también:      Avatar;  Logos

La Mónada, según el sistema de Leibniz, significa: ‘Cada una de las sustancias indivisibles, pero de naturaleza distinta, que componen el universo’. Cada partícula tiene una consciencia en su centro, polarizada según los distintos niveles de su proceso de despertar. Una partícula del cosmos, posee un núcleo central que actúa como fuente de vida y consciencia para todos los cuerpos que forman su ser en las diferentes dimensiones en las que habita. Este núcleo es solo un transformador de la energía que emite la Fuente Primera, a través de una cadena de núcleos más potentes no individualizados, que a su vez reciben la energía de núcleos aún más sublimes que se elevan hasta llegar al Origen Único de todo lo creado e increado. Para que la consciencia emanada de la Mónada pueda manifestarse en el mundo material, ésta crea en cada uno de los niveles densos un vórtice simiente o átomo raíz que abrigará el cuerpo de expresión del ser. Este núcleo es el medio de contacto de la consciencia con el medio que la rodea, y está compuesto por la materia existente en el nivel en el cual él mismo se encuentra, respondiendo, por tanto, a las leyes específicas del plano de consciencia universal en el que se halla.

Todos los seres que componen las distintas humanidades de la galaxia tienen un vórtice-simiente por cada nivel de consciencia, habiendo tres núcleos básicos que componen la estructura del ser: el Regente, la Mónada y el Alma. Estos tres núcleos básicos permiten el desenvolvimiento de la consciencia de los seres en los distintos planos u entornos con los que interactúan. Las Mónadas de los seres evolucionarios que forman las humanidades de la galaxia pertenecen al orden de las Jerarquías de las Ordenes Mutantes.

En su cuarto nivel, en sus etapas previas vividas en los reinos mineral, vegetal y animal; las Mónadas no determinaban el rumbo de sus experiencias materiales, sino que se expresaba en la naturaleza por medio de un Alma Grupo, que controlaba a un conjunto de seres con una misma raíz, y cuya trayectoria evolutiva era trazada por consciencias mayores. Sin embargo, la Mónada humana es ahora capaz de construir una única proyección de sí misma que actuaría en los planos materiales con completa determinación de las situaciones que se le presentan a sus cuerpos físicos en el cumplimiento de su tarea evolutiva.

Krishna, imprimió en la incipiente humanidad una nueva visión clarividente en la que el conocimiento de los Mundos Superiores no se adquiere únicamente desde la realidad exterior al ser, sino principalmente desde la unión con su Yo Superior o Mónada. De esta forma el Yo común se haya unido al Yo Superior, el cual es, en sí mismo, la Divinidad.

Ese gran misterio se haya igualmente reflejado en otro pasaje de los Vedas:
<< Si aparte de mí mismo, otro existiera, me describiría a mí mismo a través de él. Desde la eternidad he existido, y existiré eternamente. Soy la causa primitiva de todo; la causa de todo lo que existe en el Oeste, en el Este, en el Norte, en el Sur; soy la causa de todo allí arriba en las alturas, allí abajo en las profundidades. Yo soy todo; soy más antiguo que todo lo existente. Yo soy el Regente de los regentes. Yo soy la Verdad misma; soy la causa de la Revelación. Yo soy el Conocimiento; soy la Devoción, y soy el Derecho. Yo Soy Todopoderoso. [Annie Besant; Bhagavad Gîtâ] >>  

   

 Mú:    (Khui) (Pan)           

Ver también: Atlante; Hierograma                 

El coronel del ejército británico James Churchward, teósofo e investigador condiscípulo de madame Blavatsky, fue el descubridor y defensor de las evidencias  que configuran la teoría esotérica moderna de la existencia del continente de Mú.

James Churchward, a la sazón coronel británico destinado en la India Colonial de finales del siglo XIX, realizó un sinfín de viajes e investigaciones por toda la India, Siberia y Mongolia en busca de las evidencias arqueológicas del sumergido continente de. Churchward narra en sus libros, como un ‘rishi’ en la India, le mostró unas tablillas antiquísimas guardadas en las cámaras secretas de un arcano templo hindú, las cuales estaban grabadas en un lenguaje ideográfico extraño que, según le contaron los sacerdotes del templo, formaban una pequeñísima porción de los tesoros rescatados por los Naacals antes del cataclismo que sumergió las siete ciudades sagradas que existieron en el continente de Mú.

Churchward nos cuenta una emotiva narración tomada de John Ballo en su obra Oahspe, en la que nos cuenta las últimas horas del continente de Mú, también llamado Pan, o la tierra de Khui:

<< Y la Tierra dio bandazos como una nave en el mar y cayendo lluvias torrenciales; ruidosos estampidos provinieron de debajo del piso del mundo. Y en el vértice de la Tierra se cerró el extremo, y de ahí, ¡la Tierra estaba rota! Un enorme continente quedaba desprendido de su sujeción, y los fuegos de la Tierra surgieron llameantes y envueltos en densas nubes y con retumbantes rugidos, y el suelo dio bandazos de un lado a otro como una nave en un mar enfurecido, y de nuevo el vértice de la Tierra se desquició por todas partes, y por la presión el suelo se sumió bajo las aguas, para no levantarse ya jamás.  [James Churchward; El continente perdido de ] >>

 

Según nos cuenta la doctrina esotérica, Este segundo diluvio, acabó con las últimas grandes civilizaciones situadas en las penínsulas de Ruta y Daitya, del continente Atlante, como consecuencia de las guerras devastadoras con los habitantes del continente de , dejando únicamente un remanente organizado de la cultura Atlante en la isla de Poseidonis, la cual sería destruida muchos miles de años después como consecuencia de las acciones geológicas que habían fragmentado los últimos restos del gigantesco continente Atlante de Kusha, y desecho el continente de Mú.

Podemos encontrar estas tradiciones ocultistas narradas en L'Histoire des Vierges: les Peuples et les Continents Disparus, la obra de Louis Jacolliot, en la que se nos cuenta esta inusitada historia:

<< Una de las leyendas más antiguas de la India, conservada en los templos por tradición oral y escrita, refiere que hace varios cientos de miles de años existía en el Océano Pacifico un inmenso continente, que fue destruido por convulsiones geológicas, y cuyos fragmentos pueden encontrarse en Madagascar, Ceilán, Sumatra, Java, Borneo y las islas principales de la Polinesia.

Las altas mesetas del Indostán y Asia, según esta hipótesis, sólo habrían sido, en aquellas lejanas épocas, grandes islas contiguas al continente central... Según los brahmanes, este país había alcanzado una elevada civilización, y la península del Indostán, agrandada por el desplazamiento de las aguas, en tiempo del gran cataclismo, no ha hecho más que continuar la cadena de las tradiciones primitivas nacidas en aquel sitio. Estas tradiciones dan el nombre de Rutas a los pueblos que habitaban este inmenso continente equinoccial, y de su lenguaje Sánscrito. La tradición indo-helénica, preservada por la población más inteligente que emigró de las llanuras de la India, refiere también la existencia de un continente y de un pueblo, a los que da los nombres de Atlántida y Atlantes, y que sitúa en el Atlántico, en la parte Norte de los Trópicos.

Aparte de este hecho, la suposición de un antiguo continente en aquellas latitudes, cuyos vestigios pueden encontrarse en las islas volcánicas y la superficie montañosa de las Azores, las Canarias y las islas de Cabo Verde, no está desprovista de probabilidad geográfica. Los griegos, que por otra parte nunca se atrevieron a pasar más allá de las Columnas de Hércules, por causa de su temor al Océano misterioso, aparecieron demasiado tarde en la antigüedad, para que las historias conservadas por Platón puedan ser más que un eco de la leyenda india. Además, cuando arrojamos una mirada sobre un planisferio, a la vista de las islas e islotes esparcidos desde el Archipiélago Malayo a la Polinesia, desde el Estrecho de Sonda a la Isla de Pascua, es imposible, partiendo de la hipótesis de que hubo continentes que precedieron a los que habitamos, dejar de colocar allí el más importante de todos,

Una creencia religiosa, común a Malaca y Polinesia, esto es, a los dos extremos opuestos del mundo de la Oceanía, afirma "que todas estas islas formaron una vez dos países inmensos, habitados por hombres amarillos y negros, que siempre estaban en guerra, y que los dioses, cansados de sus querellas, encargaron al Océano que los pacificara, y éste se tragó los dos continentes, y desde entonces ha sido imposible conseguir que devuelva a sus cautivos. Sólo las crestas de las montañas y las mesetas elevadas escaparon a la inundación, por el poder de los dioses, que percibieron demasiado tarde el error que habían cometido".

Sea lo que quiera lo que haya en estas tradiciones, y cualquiera que haya sido el sitio donde se desarrolló una civilización más antigua que la de Roma, de Grecia, de Egipto y de la India, lo cierto es que esta civilización existió, e importa mucho a la ciencia el volver a encontrar sus huellas, por más débiles y fugitivas que sean. [Louis Jacolliot; L'Histoire des Vierges: les Peuples et les Continents Disparus] >>

 

 Mudra:         

Ver también:      Kinay; Tantra; Chakra      

En el Mudra de Fascinación, como en cualquiera de los otros tantos mudras que componen un parte importante del ritual de los tantras; se puede apreciar, cómo éstos componen una parte más de la enigmática serie de las "cinco emes": ‘maithuna’ o “intercambio”, ‘matsya’ o “pescado”, ‘mansa’, la “carne”, ‘mudra’, el “grano tostado” y ‘mada’, el “vino” que componen esta secular ciencia de la Tantra hindú.

Los seguidores tántricos aprenden cómo liberar su energía de forma que el poder de la serpiente enroscada o Kundalini, que se ubica en la base de la columna vertebral se desplace a través de sucesivos puntos focales, los chakras, hasta que alcanza el chakra más elevado, en la parte superior del cráneo, y experimentan en su interior la unión del dios y de la diosa. En el proceso llamado ‘sadhana’, en el que comienza una visualización sistemática de la deidad.

   

 Mystoe:         (Mystai)        

Ver también:        Epoptai, Arcontes 

El Mystoe es un vidente impuro, uno que ve las cosas envueltas en la niebla de la imperfección, ellos eran conocidos en la antigüedad en los misterios menores griegos celebrados en Âgra, cerca de Atenas.

Los Mystai son llamados ‘los velados’ porque sólo pueden ver las cosas del espíritu como envueltas en una niebla; mientras que los Epoptai son ‘los que ven las cosas sin velo alguno’. Y eran únicamente estos últimos los que aprendían verdaderamente los misterios del Zodíaco.

 

 

 

   

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Publicación: Septiembre 2004. Última modificación: 16 de Febrero 2013.