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Índice Alfabético - Glosario

Hansa-Vâhara HâOuR Harappas Hermes Herukas Hierático
Hierograma Holístico        

Glosario de términos (H):

H  

 Hansa-Vâhara:        (Kâla-Ham-Sa y Agni-Ham-Sa)    

 

El Hansa-Vâhara es cumplido, en su cualidad de proyección o viaje astral a través de los planos sutiles, y realizado en el completo control del A-Ham-Sa, las tres palabras arcanas que significan: Yo-Soy-Él y también Él-es-Yo. En ellas se haya contenido el misterio universal, la doctrina de la identidad de la esencia del hombre con la esencia divina. La prueba del Kâla-Ham-Sa, o Cisne Negro, en la que el espíritu penetra en las Tinieblas  Insondables para descender hasta las mismas puertas del gran Abismo del Ahankâra, es la experiencia misteriosa por excelencia, donde el espíritu se asienta definitivamente en el Yo-Soy del Hamsa a través del la Sabiduría Divina o Sabiduría en las Tinieblas. De ellas surge la figura del Agni-Ham-Sa, o Cisne de Fuego, en el cual se transmuta el Kâla-Ham-Sa, o Cisne Negro, para que el espíritu penetre en las Tinieblas  Insondables, abriéndose de esta manera para el iniciado las puertas del Hansa-Vâhara.

El cisne siempre ha estado presente en todas las manifestaciones alegóricas, donde el espíritu penetra en las tinieblas insondables para buscar su auténtica y única identidad. Los clásicos idealizaban al cisne como un ave invisible y misteriosa que hizo un huevo en el Caos, el cual, más tarde se convertiría en el Universo, así en los Vedas, Brahmâ es llamado el Kâlahansa, el Cisne en el Tiempo y el Espacio, y de esta  forma, él se convierte en el Cisne de la Eternidad.

En la Odisea y la Iliada de Homero se habla de Leda y de sus dos hijos Castor y Pólux, a los cuales Júpiter les  concede un extraño don; como semi-inmortales ellos mueren y viven por turno en cada día alterno, representando así el día y la noche. Leda asume, en la alegoría, la forma de un cisne blanco y da a luz a sus hijos de un huevo, el ‘Huevo de la Vida que surge del Caos’.

En el Kalevala, el poema épico de Finlandia, la Madre Agua crea el mundo con un ganso o cisne que pone seis huevos de oro y un séptimo de hierro.

Más adelante, incluso durante la Edad Media, el Cisne representó al Espíritu puro, en muy diversas formas, como nos lo narra  Helena Petrovna Blavatsky en la siguiente cita:

<< El símbolo elegido para el majestuoso ideal del Universal Principio parecerá poco a propósito para responder a su carácter sagrado. Un ganso, y aun un cisne, puede parecer sin duda fuera de lugar, para representar la grandeza del Espíritu. Sin embargo, ha debido tener algún profundo y oculto significado, puesto que figura no sólo en todas las cosmogonías y religiones del mundo, sino que hasta fue elegido por los cristianos de la Edad Media, los cruzados, como Vehículo del Espíritu Santo, que se supuso conducía el ejército a Palestina, para arrancar la tumba del Salvador de las manos de los sarracenos. Si hemos de dar crédito a la declaración del profesor Draper en su obra: 'Intelectual Development of Europe', los cruzados, conducidos por Pedro el Ermitaño, eran precedidos, a la cabeza del ejército por el Espíritu Santo bajo la forma de un ánsar blanco en compañía de una cabra. Seb, el Dios del Tiempo egipcio, lleva un ganso sobre la cabeza: Júpiter toma la forma de un cisne, y lo mismo Brahmâ; y el fundamento de todo esto es aquel misterio de los misterios, el Huevo del Mundo. [H. P. Blavatsky, La Doctrina Secreta Vol. II ] >>

 

 HâOuR:    (Aour)       

Ver también: Fohat; Dzyu; Brill; Demiurgo; Noúmeno            

HâOuR, es el tiempo celeste sin límites, tal y como lo expresa el Marqués Saint-Yves D’Alveydre, de quién extraemos esta cita:

<< IHOH, Yo-la-Vida, Yo-Soy es el CaVi, el Creador por su Verbo, el Dios Poeta, el inspirador celeste o MAeTATRON, el ISHO, Cielo Divino, y el MATA-TRON o Matesis de Salvación, en el HâOuR, o tiempo celeste sin límites. [ Saint-Yves D’Alveydre; El Arqueometro] >>

 

En la Kabalah, Aour (rw') es la síntesis o Luz Astral que envuelve a los cuerpos fenoménicos en el Magnetismo universal llamado también el Oro de los Alquimistas, aquél que causa la Atracción o Amor de los Astros. La Inteligencia que guía a esa fuerza es llamada Tehor (rweX). Una docta definición de ese mecanismo sutil, tal y como lo describe la Kabalah, lo encontramos en los escritos de Papus, el Dr. G. Encausse:

<< La Kábala nos enseña que en el Universo ocurre algo muy similar. Por encima de las corrientes de luz, anterior a ellas, existe un misterioso fluido, que es independiente de los seres creados de la Naturaleza, igual que la fuerza nerviosa es independiente de los glóbulos sanguíneos. Este fluido emana directamente de Dios y viene a ser el mismo cuerpo divino; es así, como el ‘Espíritu del Universo’.

En tal forma, el Universo está constituido, igual que el Hombre:  1° De un Cuerpo: los astros, y lo que estos contienen.  2° De una Vida: las corrientes de luz que envuelven a los astros y llevan consigo las Energías activas de la Naturaleza; los Ángeles. 3° De una Voluntad rectora que se transmite por doquier a través de un fluido invisible a los sentidos materiales, llamada por los ocultistas Magnetismo universal y por los Kabalistas Aour; es también el Oro de los Alquimistas y la causa de la atracción universal o Amor de los Astros.

Podemos afirmar así mismo que el Universo, igual que el Hombre, está sometido a una involución y una evolución periódicas y que como este último, debe ser reintegrado a su origen: Dios. [Papus, Dr. G. Encausse; La Cábala] >>

 

 Harappas:     (Bohemios)      

Ver también:       Agartha; Arios; Irshou          

Las indicaciones esotéricas nos llevan a inferir que antes del cisma de Irshou, en el Agartha, existía una clase social que se ocupaba de las tareas básicas o menos especializadas, compuesta por millones de Harappas que se ocupaban de las tareas subalternas. Todo ser nacido en la Paradesa era admitido en la sociedad como harappa, estado desde el cual iniciaba su ascensión por el Shamut, la Senda Sagrada. No existiendo allí discriminación por sexo o raza, con lo que los aspirantes a los niveles sociales superiores accedían desde los grados inferiores a los grados siguientes tras duros estudios y exhaustivas pruebas controladas con la más escrupulosa imparcialidad.

Este conjunto de seres o grado iniciático dejó de existir después del cisma de Irshou, al ser expulsados una gran cantidad de ellos a la “tierra salvaje” del exterior del planeta.

Así, la ciencia arqueológica actual habla confusamente de un pueblo guerrero y “pastoril” procedente de las llanuras de Asia Central que conquistó hacia el 1.700 a.C., las magníficas y bien guarnecidas ciudades ramídeas de Mohenjo Daro, Chanju Daro y Harapa.

Ese pueblo que es definido como aguerridos, de piel clara y nariz prominente, e incluso de rasgos blancos y rubios, fue conocido como los Purandara, ‘los destructores de ciudades’. Sin embargo, son ellos los que introducen definitivamente el Sánscrito y las escrituras de los Vedas, que superan con mucho las de la gran cultura de la Civilización del Valle del Indo que construyó esas inmensas ciudades amuralladas en la era del bronce, que ya contaban con dársenas fluviales y diques marítimos que se cerraban y mantenían a los barcos a salvo de las subidas y bajadas de los grandes ríos navegables, con miles de viviendas familiares de iguales características, que poseían agua corriente, piscinas y baños con retrete y un alcantarillado público inimaginable aún hoy en las ciudades contemporáneas de la India.

¿Cómo un pueblo pastoril de la estepa pudo derrotar a semejantes constructores de ciudades? ¿Cómo es posible que esos “Arios” que no procedían de ciudad conocida alguna pudieran poseer una cultura tan abrumadoramente superior, una estrategia y organización militar que le permitió vencer a las poderosas y bien organizadas ciudades estado del Valle del Indo y avanzar por Mesopotamia hasta el Mediterráneo y Egipto?.

Este pueblo superior, de origen “desconocido” se fundió posteriormente con los hindúes ramídeos (cultura dravídica) y con los iranios creando una base Aria muy potente. Posteriormente, algunas sectas malignas y otras profanas desarrollaron una subcultura relacionada con los ritos mágicos originales deformados y desvirtuados procedentes de su antiguo hogar, la Paradesa.

Veamos lo que el Marqués Saint-Yves D’Alveydre, nos narra acerca del destino de esos seres expulsados hacia el exterior del planeta:

<< Los de los talleres, los de los laboratorios y los de los observatorios pretendieron erigirse en doctores, y dedicarse sin más a la práctica de la Magia. Inevitablemente cayeron en la magia negra, y, ayudándose de ciertas fórmulas trastocadas, recibieron de abajo algunas respuestas a los dictados que pretendían imponer desde arriba.

Fue entonces cuando se produjo la primera expulsión en masa, que dio origen a las diferentes tribus, unas sedentarias y otras errantes. Entre las primeras, hay una que ha ensangrentado más la India de la que jamás logró Moloch ensangrentar sus altares, la inquisición sus potros, o el 93 sus guillotinas.

Esta secta, monstruosa amalgama de ignorancia y de superstición, que confunde en un mismo odio a los brahmanistas y a los budistas, esculpió en algunos desfiladeros del Himalaya, una enorme estatua de piedra.

La mandíbula inferior es móvil y al abrirse muestra una boca de varios metros de circunferencia sobre una cloaca interior, que va a parar a profundos abismos llenos de agua. Un mecanismo hidráulico hace moverse la mandíbula de este abismo, del que los constructores fueron los más atroces oficiantes. Estos sivaístas, renovando las más negras infamias políticas de los tiempos druídicos, fueron acostumbrando a las gentes a los sacrificios que estaban meditando, haciendo que su infernal divinidad devorara manadas enteras de bueyes vivos. De lejos se podía escuchar una especie de trueno subterráneo, una tormenta de bramidos que se confundían en las entrañas de este monstruo con espantosos gorgoteos de agua, y ruidos de cadenas y el estruendo incesante de la infernal mandíbula. Y los feroces idiotas que servían el vientre de esta Bestia, mitad montaña, mitad máquina, declaraban que su dios estaba satisfecho hasta el día siguiente. ¡Desgraciadamente! Pronto les tocó el turno a los hombres, sobre todo a los más sabios siempre que se les pudo echar mano. ¡Y esto duró siglos enteros!

Entre las tribus menos culpables que fueron expulsadas de la gran Universidad junto a las anteriores, existe una errante, que desde el siglo quince pasea por Europa sus prácticas singulares. Éste es el origen de los Bohemios: Bohami, ‘apártate de mí’. Estas pobres gentes llevan consigo algunos vagos recuerdos, y algunas fórmulas perdidas entre un montón de supersticiones más o menos toscas.

No podría hablar de los expulsados del Agarttha sin mencionar a sus más humildes servidores, unos hombres que dedican su vida a recorrer la India entera encantándola con prodigios sorprendentes y maravillosas poesías llenas de misterio. Todo el mundo ha leído las cosas extraordinarias que hacen los Fakires.

Los Fakires son en su mayoría antiguos alumnos del Agarttha, que se han detenido en la entrada de las altas gradaciones, y se han consagrado a una vida religiosa, parecida a la de los monjes mendicantes de nuestra edad-media. [Saint-Yves D’Alveydre; La Misión de la India en Europa] >>

 

 Hermes:          (Mercurio)  (Azazel)  (Azaziel) (Aziel)    

Ver también:        Seth; Kabirim; Thot       

La Esfinge egipcia, la misma que guarda fielmente el Enigma de las Edades, conoce la verdad acerca del gran misterio que rodea a Hermes el Dioscuro. Las propias pirámides egipcias, edificadas antes del segundo diluvio Atlante fueron  construidas en dirección de la constelación del Dragón cuando ésta se encontraba en  línea con el polo norte terrestre, y fueron usadas esotéricamente como culto a los dos grandes Manus semitas Dioscuros: Seth y Hermes.

Hermes (Enoch o Enos) era hijo de Seth según la tradición esotérica, y ambos eran considerados por los Sabeos como los dioses planetarios más importantes. En realidad, se trataban del mismo ser en dos polaridades distintas. La deidad  Kabiri original del pueblo Semita, era Prometeo (Hermes- /Ermh<V), que trajo la luz al Mundo y dotó a la Humanidad de inteligencia y razón. El “Fuego robado a los Dioses” conocido en todas las culturas terrestres, y por el que los Titanes fueron condenados a los Trabajos Titánicos. Este “Fuego” es idealizado como los Tres Fuegos Divinos Sagrados por los iniciados en las Artes Antiguas. Otro de los recuerdos que Prometeo (Hermes) ha dejado en la memoria histórica de los semitas es la figura de  Azazel (Azal, el “uno separado de Dios”). En el Zohar se puede leer la historia de “los Ischins, encadenados a la montaña en el desierto”. Alegoría que alude a los espíritus atados a la tierra durante el ciclo de encarnación. 

Azazel o Azazyel, es uno de los jefes de los “ángeles transgresores” del libro de Enoch, los cuales descendieron sobre el Ardis, la cima del monte Armón, y se comprometieron entre sí jurándose insensatamente mutua lealtad, de ellos se dice en el Zohar que:
<< Azazyel enseñó a los hombres a hacer espadas, cuchillos y escudos, y también a fabricar espejos, para ver lo que está detrás de uno. Amazarak instruyó a todos los brujos y a los trituradores de raíces; Amers explicó la Magia; Barkayal, la astrología; Akibeel, el significado de los portentos y de los signos; Tamiel, la astronomía, y Asaradel enseñó el movimiento de la Luna. Y estos siete fueron los instructores del hombre… [Rabí Simeón Ben Jochai; El Zohar] >>

 

Pero en el Zohar, también se lee que los Ischins son los Bne Aleim, los Hijos de Dios que se mezclaron con los hombres mortales porque fueron enviados para ello. Los Bne Aleim se muestran como pertenecientes a la décima subdivisión de los Tronos, y allí se explica también cómo los ‘hombres espíritu’, los Ischins, ayudan a los magos a producir a los Homúnculi, los ‘hombres más pequeños’.

El Abate Luis Constant, más conocido por Eliphas Lévi, nos explica estos acontecimientos con una interpretación particular del Zohar:

<< Azazel, hecho rey del mundo, niega a Dios y aporta la ciencia peligrosa y la guerra. Enseña a los hombres el uso del oro, de las pedrerías y del hierro, fabrica las joyas para las mujeres y las armas para los hombres; los hombres se disputan el oro y las mujeres, necesitando lanzas y espadas, reúnen la coquetería y el duelo. El que debe ser el ángel del reino se ha trocado en ángel de la anarquía; los hombres en lugar de civilizarse, se batirán, para que las mujeres aparezcan magníficamente adornadas.

El undécimo ángel, el que en la baraja corresponde a la fuerza, enseña a los hombres el arte de las fascinaciones y de los prestigios, que son la mentira de la fuerza. El noveno, el que corresponde al número de la iniciación les enseña a hacer caer las estrellas del cielo, es decir, a desplazar las más luminosas verdades y a arrastrarlas en la corriente del error. Los hombres aprendieron a adivinar por el aire, por la tierra y por los demás elementos, en vez de fiarse de la luz del ser.

Entonces, los más débiles lanzaron gritos de angustia hacia el cielo, y los cuatro ángeles de la armonía, los que representan las letras del tetragrama divino: Michael, el ángel de la letra Jod, el genio del padre, la fuerza creadora activa; Gabriel, el ángel de la letra Bé, el representante de la madre la fuerza creadora pasiva; Raphael, el ángel de la letra Van, el genio del trabajo creador, y Uriel, el ángel del fuego generador, conmovidos por el grito quejumbroso de los hombres acudieron al pie del trono de Dios y le suplicaron que hiciera cesar los espantosos desórdenes de la tierra. Entonces es cuando Dios les anunció su designio de purificar el mundo por el diluvio, a fin de suprimir la raza maldita de los gigantes, y buscando cómo salvar a los oprimidos, vio que también eran cobardes y culpables, y no encontró más que a la familia de Noé digna de obtener la gracia del Señor. Y Dios dijo a Raphael, el ángel de la verdadera ciencia y de la pura iniciación, el que gobierna al planeta Mercurio, el genio sagrado del triple Hermes: "Ve a apoderarte de Azazel y arrójale, atado de pies y manos, en las tinieblas. Le pondrás una venda ante los ojos, a fin de que en adelante no vea ninguna luz, después, golpeando la tierra con el pie, abrirás una sima en el desierto de Dodoel, y allí le precipitarás en las abruptas rocas y en los picos de la piedra, y allí estará para siempre jamás. Después, cuando llegue el día del juicio final, será llamado a responder de sus crímenes y condenado al fuego eterno. "En cuanto a ti, haz conocer a la tierra los medios de curarse, dale la medicina para sus plagas. Torna hacia el lado de la verdad las revelaciones de Azazel, que han dado lugar a tantos pecados entre los hombres". [Éliphas Lévi; El Libro de los Esplendores]  >>

 

Este texto constituye una de las claves de la personalidad del divino Hermes: ‘Raphael, el ángel de la verdadera ciencia y de la pura iniciación, el que gobierna al planeta Mercurio, el genio sagrado del triple Hermes: "Ve a apoderarte de Azazel y arrójale, atado de pies y manos, en las tinieblas’.

Vemos aquí que en este relato, Hermes posee dos caras, en una es Gabriel, el flamante regente de Mercurio, y en la otra es Azazel, quién también poseía el mismo cometido antes de la “rebelión”. En estas líneas comenzamos a intuir el insondable misterio de los dioses Dioscuros… Maimónides nos lo dice explícitamente:

<< Hay un misterio impenetrable en el relato concerniente a Azazel… [Maimónides; More Nevochin] >>

 

Si consultamos la Kabalah nos encontramos otra enigmática sorpresa que aumenta aún más el misterio. Entre los 72 Genios correspondientes a los 72 Nombres de Dios, nos encontramos a Aziel (l'yzh) el Dios de Misericordia, aquel que domina los actos de buena fe y las reconciliaciones… Pero tal vez quién mejor pueda aconsejarnos en esta intrincada búsqueda sea nuestra ya conocida erudita:

<< Los sabeos, que adoraban a los ‘Regentes de los Siete Planetas’ del mismo modo que los indos adoran a sus Rishis, tenían a Seth y a su hijo Hermes (Enoch o Enos), como el más elevado de los Dioses Planetarios. Seth y Enos fueron tomados de los sabeos y luego desfigurados (exotéricamente) por los judíos; pero la verdad respecto de ellos, puede aún descubrirse hasta en el Génesis. Seth es el progenitor de aquellos hombres primitivos de la Tercera Raza en que habían encarnado los Ángeles Planetarios; él mismo era un Dhyân Chohan, y pertenecía a los Dioses ‘informadores’, y Enos (Hanoch o Enoch) o Hermes, se decía que era su hijo; siendo Enos un nombre genérico de todos los "Videntes" primitivos (Enoïchion). De ahí el culto. El escritor árabe Soyuti, dice que los anales más primitivos mencionan a Seth, o Set, como fundador del Sabeísmo, y que las pirámides que representan el sistema planetario, eran consideradas como el lugar del sepulcro, tanto de Seth como de Idrus (Hermes o Enoch); que allí iban los sabeos en peregrinación, y cantaban oraciones siete veces al día, volviéndose hacia el Norte (Monte Meru, Kaph, Olimpo, etc.). Abd Allatif nos refiere también algunas cosas curiosas acerca de los sabeos y de sus libros, y también Eddin Ahmed Ben Yahya, que escribió 200 años más tarde. Al paso que este último sostiene "que cada pirámide estaba consagrada a una estrella" (al Regente de una Estrella más bien), Abd Allatif nos asegura que había leído en libros sabeos antiguos que "una pirámide era la tumba de Agathodaemon y la otra de Hermes": Agathodaemon no era otro que Seth, y según algunos escritores, Hermes fue su hijo. [H. P. Blavatsky, La Doctrina Secreta Vol. III ] >>

 

 Herukas:           

Ver también:   Dakini;          

Los feroces Herukas, los bebedores de sangre, son en realidad el aspecto masculino de las Dakinis o Kerimas, las terribles diosas que guardan las puertas del inframundo. En este breve relato del Bardo Thödol, o Libro Tibetano de los Muertos, podemos percibir los distintos tipos de realidades astrales que acosan a la mente humana después de la muerte, en realidad todas estas figuras representan fuerzas y energías que viven en el ajna-chakra y se desatan en el proceso de la muerte:

<< Estos órdenes de deidades son diosas indias y tibetanas en su origen; las Kerimas poseen forma humana, las Htamenma y las Yoginis poseen cuerpos humanos y cabezas animales. Cada deidad simboliza un impulso kármico concreto o tendencia, que aparecen como alucinaciones en la conciencia del difunto durante e1 Estado de Transición. Las Kerimas constituyen otro tipo de energía de la cólera. Los cinco Herukas son la existencia de la energía tal cual es, mientras que las Kerimas constituyen la activación de la energía. La Kerima blanca, baila sobre un cadáver, su tarea es la de extinguir el proceso mental, por lo que esgrime un cadáver de niño como mazo. Generalmente el cadáver simboliza el fundamental y neutral estado del ser; un cuerpo sin vida es un estado sin pensamientos, buenos o malos, un estado no-dualístico de la mente. La diosa amarilla sostiene un arco y una flecha, pues realiza la unidad del pensamiento práctico y el conocimiento. La Kerima roja lleva el estandarte de la victoria hecho con la piel de un monstruo marino. El monstruo marino simboliza el principio del mundo fenoménico, significando con ello que éste no es rechazado sino aceptado tal cual es. En el norte, la Petali negra sostiene un Vajra y un cráneo como copa, significando la inamovible dualidad de la Realidad. Es decir, que cada figura cumple la función de una particular energía. La función de las Kerimas es el hacer de lazo de unión entre el cuerpo y la mente. La mente, en este caso, es la inteligencia, y el cuerpo la impulsividad. Al intervenir las Kerimas entre la inteligencia y la acción, cortan la continuidad de la autoconservación del ego; ésta es su cualidad colérica. Transmutan la energía destructiva en energía creativa. Es decir, que la fuerza impulsiva que existe tras el pánico o cualquier acción es transmutada. [Bardo Thödol; Libro Tibetano de los Muertos] >>

 

 Hierático:         

Ver también:   Hierograma              

El término Hierático es relativo a las cosas sagradas o a los sacerdotes de las antiguas civilizaciones, de las cuales nos quedan algunas huellas menores en las culturas egipcias, persa y culturas pre-hispánicas.

Este término también es usado en la antigüedad clásica, y más concretamente aplicase a cierta escritura de los antiguos egipcios, que era una abreviatura de la jeroglífica y también a cierta clase de papiro que se traía de Egipto. Dícese también del estilo o ademán que tiene una solemnidad extrema, durante el ritual sagrado.

     

 Hierograma:   (Hieroglífico)                 

Ver también:           Hierático; Vattan; Irdin; Sánscrito      

El término de Hierograma o Hieroglífico se aplica a la escritura en que, por regla general, no representa las palabras con signos fonéticos o alfabéticos, sino que el significado de las mismas está compuesto por figuras o símbolos. El tipo común de Hieroglífico ( jeroglífico) que se conoce actualmente es el que proviene de los egipcios, indostánicos, mesopotámicos y otros pueblos antiguos que usaron este género de escritura principalmente en los monumentos.

Igualmente se asocia este término a cada uno de los caracteres o figuras usados en este género de escritura.

El concepto ‘Hierático’ (Magno o Sagrado) se confunde con ‘Ideográfico’ (representación de ideas) cuando se habla del lenguaje Hieroglífico. Las culturas provenientes de las Razas Tercera (Lemuria) y Cuarta (Atlántida-Mú) poseían un rico idioma Ideográfico, como correspondía a una capacidad intelectual aún no desarrollada plenamente. Así podemos observar actualmente los ‘gliptolitos’ descubiertos por el doctor Cabrera Darquea en Ocucaje, situado en las llanuras de Nazca  en Perú, correspondientes a la época Lemúrica, y también los pertenecientes a las antiguas civilizaciones del Indo en las ciudades de Harappa, Mohenjo Daro y Chanju Daro; fechadas aproximadamente –según la arqueología oficial- en 3000 años a.C., pero que en realidad corresponden a la era inmediatamente posterior al diluvio, cuando desaparecieron  los continentes de Atlántida y Mú.

En este punto no podemos dejar de recordar al coronel del ejército británico James Churchward, teósofo e investigador condiscípulo de madame Blavatsky; al igual que descubridor y defensor de las evidencias  que configuran la teoría esotérica moderna de la existencia del continente de Mú.

James Churchward, a la sazón coronel británico destinado en la India Colonial de finales del siglo XIX, realizó un sinfín de viajes e investigaciones por toda la India, Siberia y Mongolia en busca de las evidencias arqueológicas del alfabeto Uighur en el que él mismo asegura están escritos los misteriosos archivos secretos Naacals, identificados como las últimas reliquias del sumergido continente de Mú. James Churchward narra en sus libros, como un ‘rishi’ en la India, le mostró unas tablillas antiquísimas guardadas en las cámaras secretas de un arcano templo hindú, las cuales estaban grabadas en un lenguaje ideográfico extraño que, según le contaron los sacerdotes del templo, formaban una pequeñísima porción de los tesoros rescatados por los Naacals antes del cataclismo que sumergió las siete ciudades sagradas que existieron en el continente de Mú.

Churchward viajó también desde la India a Mesopotamia, Siria y Egipto en busca de las evidencias y rastros de las antiguas civilizaciones pre-diluvianas. Tras su pase a la reserva, se estableció definitivamente en Nueva York donde se dedico a viajar por el Oeste de Estados Unidos, Méjico y América Central en busca de esas mismas evidencias que demostraban una comunalidad en el estilo de esos caracteres arcanos.

Posteriormente, a sus trabajos, muchos investigadores, arqueólogos y eruditos han encontrado un sin fin de pruebas  y hallazgos arqueológicos entre los que se encuentran los 270 caracteres pictográficos figurativos encontrados en multitud de sellos de esteatita durante las excavaciones en las ruinas arqueológicas de las ciudades ribereñas del Indo, situadas en las regiones del Sindh, Lothal y Gujarat. En Mesopotamia, las ruinas arqueológicas de las ciudades antediluvianas de Eridu, El Obeid, Uruk y Djemdet se encuentran estelas con caracteres ideográficos de corte similar a los Indostánicos rescatadas de entre los restos de sus colosales edificios de terrazas y templos.

Pero lo más curioso es que dichos caracteres se encuentran esparcidos desde Pascua  hasta Perú, América central y Méjico en un sinfín de formas simples y simbólicas que siempre acompañan a las gigantescas construcciones megalíticas originarias, algunas de ellas sumergidas como las polémicas moles ciclópeas submarinas en el cabo Isekiu o Iri-Zaki, en la isla de Yonaguni, cerca de Okinawa en el Sur del Japón.

Todos estos caracteres ideográficos no son sino los signos y símbolos Lemures y Atlantes, que dieron paso durante nuestra Quinta Raza o Raza Aria a nuestra escritura moderna como actualmente la conocemos.

Un vestigio arqueológico que puede ser equivalente en importancia a la Piedra Rosetta de Champollión escrita en jeroglífico, demótico y griego, la encontramos en el pilar que ostenta el edicto de Ashoka, un lipi de la época India de Maurya, del siglo III a.C., en el que se puede apreciar una estela bilingüe esculpida en prácrito (ideográfico) y devanagari (ideológico o silábico).

Por doquier los viejos lenguajes dejan paso a las nuevas lenguas adaptadas al desarrollo mental de la nueva raza. Otro ejemplo de ello lo tenemos en la complejidad de la escritura cuneiforme encaminada hacia conceptos de aritmética y geometría muy avanzados que implicaban el manejo de potencias, raíces y ecuaciones. Esta nueva escritura  “Aritmetológica” estaba más acorde con el desarrollo de la inteligencia del hombre contemporáneo y a sus nuevas capacidades mentales.

Sin embargo, el término utilizado en esta obra como Hierograma o Hieroglífico, va más allá de la definición que la Arqueología actual hace de ese concepto, y se refiere a los signos y símbolos universales que enlazan con las enseñanzas del Marqués Saint-Yves D’Alveydre en su obra El Arqueometro, en la cual se destacan los caracteres del lenguaje denominado Adámico, así como el alfabeto Vatán, que en definitiva es una forma limitada del Irdin, el leguaje universal utilizado por los Hermanos de la Estrellas y los seres intraterrenos actuales, tal y como lo define Trigueirinho Neto en sus obras: Nuevas Señales de Contacto, Mirna Jad y Los Números y la Vida.

   

 Holístico:        (Holismo)               

Ver también:      Numinosidad              

Holístico es la doctrina que hace hincapié en el estudio de los elementos desde su totalidad. La constitución perceptiva nos obliga a conocer la realidad como contraste entre antónimos o contrarios y sinónimos de objetos dados, sin embargo,  la estructura del pensamiento holístico nos permite concebir la realidad como un todo en el cual la polaridad Yo-otro y Yo-mundo se disuelven produciéndose la experiencia mística.

Holístico deriva del término griego 'holos', que significa todo; el Holismo es una filosofía que motiva el tratamiento del organismo como un todo (una unidad) más que como partes individuales. En este sentido, intenta llevar las dimensiones emocionales, sociales, físicas y espirituales de las personas en armonía y realza un papel de terapia o tratamiento que estimula el propio proceso de curación.

La medicina holística resalta la interacción entre el cuerpo vivo y el espíritu, que en el holismo se define como el dar a la persona una orientación de vida y el sentido de su propia felicidad. Además, la medicina holística resalta la importancia de mantener el propio sentido del bienestar y la salud.

La Numinosidad apunta que la conciencia de lo numinoso (ausencia de cualquier frontera definida entre el mundo espiritual y el natural), es la experiencia mística, y ésta tiene un lugar definido en el cerebro humano. Encontrándose localizado éste centro, en el hemisferio derecho de la estructura cerebral, justo en el lóbulo temporal del hemisferio derecho que forma parte de la corteza asociativa límbica; de la que parte el sentido de la atención y la sensación del despertar. Esta zona cerebral actuaría como un operador holístico (entendido como un todo) en lugar del clásico operador binario del cerebro racional izquierdo.

Otro aspecto interesante en este razonamiento es que la experiencia mística convencional altera la concepción del tiempo como ente secuencial, si entendemos que el mecanismo encargado de que visualicemos el tiempo como una secuencia de efectos reside particularmente en el hemisferio izquierdo o dominante.

Así encontramos que este efecto no secuencial del tiempo, es especialmente patente en el mundo onírico, en el cual, la realidad subjetiva se encuentra enmarcada en un mundo atemporal.

  

 

 

   

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Publicación: Septiembre 2004. Última modificación: 16 de Febrero 2013.